Vivencias y pensamientos sobre la ruralidad y la vida en el campo desde Purujosa pueblo casi deshabitado a la sombra del Moncayo.

jueves, 19 de marzo de 2009

¡Primavera has llegado por fin!

Este invierno ha sido largo muy largo. Ya a primeros de noviembre cayeron las primeras nevadas y a primeros de marzo cayó la última. No han sido grandes nevadas en cuanto a espesores, pero han sido numerosas. Muchos días viendo a través de los cristales el lento copear reflejado al contraluz de la farola. También ha sido frío, muchas heladas junto al río. Del balcón del solanar de casa hay colgadas unas “pinochas”, mazorcas de maíz. Este año los pajarillos han dado buena cuenta de ellas, han debido pasar hambre porque otros inviernos no se las comían.

Sin embargo, llevamos ya unas semanas primaverales. Aunque la estación no entra hasta el próximo sábado, la nieve se ha ido de la cara sur del Moncayo, solo se resguarda en los circos glaciares de la cara norte, donde este año aguantará aun varios meses. En Purujosa los almendros han florecido. Aquí la primavera llega más tarde que en el resto del valle, pero termina llegando. Los enjambres de abejas están en plena actividad, en las aliagas y romeros más floridos se oye ese característico zumbido de la colonia alada en movimiento. También se observan lagartijas en el asfalto, en busca del calor que ha vuelto. Los pájaros trinan en las choperas del río y las manadas de corzos se dejan ver cerca del pueblo. En definitiva, la vida ha vuelto, la naturaleza renace tras el largo silencio que el crudo invierno impone.


Todos, animales, plantas y personas esperan con ansias la llegada de la primavera. Como bien expresara La Ronda de Boltaña
en aquella fantástica canción Primavera Rondadora : Que impaciente te espera el país, con un ramo de flor de aliagas, que aunque es flor bien pinchuda y no huele a jazmín, es la nuestra y nació para ti (....) Primavera has llegado por fin!, rondadora más que rondadora, Remudau y de fiesta te espera el país, suspirando de amores por ti.

Sin embargo, no nos engañemos. En la montaña, la primavera es una estación cambiante, alocada. Es posible tener días preciosos, lluviosos y con temperaturas agradables, seguidos de días secos y calurosos, más propios del verano, para acabar con una nevada tardía. De momento la primavera está siendo primaveral pero el año pasado vimos nevar en Mayo ¿Qué pasara este año? El refranero es previsor: “Hasta el 40 de Mayo, no te quites el Sayo

miércoles, 25 de febrero de 2009

Presentaciones...

Finalmente me he decidido. Al igual que nuestros antepasados cuando terminó la última glaciación, he salido de la cueva, de la oscuridad tecnológica, del ostracismo del anonimato, para conocer el nuevo mundo "tecnológico" y darme a conocer en este despertar primaveral del Siglo XXI.

Sin embargo, he de reconocerlo, no es fácil. Todavía existen muchos lugares en esta Piel de Toro de los castizos, Iberia de los Celtas o Hispania de los Romanos donde el avance tecnológico pasa por que llegue la cobertura del móvil o arreglen de una vez la vieja carretera. Lugares donde pensar en la sociedad de la Información o las TIC suena a película futurista, a Blade Runner rural.

Es por eso que no puedo escribir desde donde me gustaría, desde el pueblo, fuente de mi inspiración y de las cosas que aquí contaré. Al contrario, tengo que escribir desde mi exilio urbanita. De todos modos, espero que el binomio ciudad-campo sea provechoso, del primero obtengo información y conocimiento (bibliotecas e Internet) y del segundo emoción y vivencias. Sin embargo, a partes iguales también obtengo nostalgia y melancolía. Contradicciones propias del ser humano.


Purujosa es una pequeña localidad del Sistema Ibérico, a la sombra del Moncayo, ese "Dios que ya no ampara" labordetiano, a unos 100 Km. de Zaragoza. En invierno solo viven 6 vecinos. Su territorio es plenamente montañoso, las comunicaciones son tortuosas, es la extremadura aragonesa, su término linda con Castilla La Vieja. A sus pies corre el Río Isuela, vigoroso al despertar de las entrañas de la Montaña a una legua de camino . Su ubicación en un cantil calizo sobre el valle, colgada en el vacío, impresiona y rememora a los antiguos castros celtibéricos. Quien sabe si los antiguos pobladores del valle fueron los que hostigaron a las legiones romanas de Tiberio Sempronio Graco en aquella casi olvidada Batalla del Moncayo. Yo creo que si.

Purujosa es un lugar en el mapa. A donde acudo siempre que puedo, donde tengo vivencias que me ayudan a reflexionar y a pensar. Donde el tiempo transcurre a otro ritmo. Sin embargo, dichas reflexiones no son particulares, no tienen localización en el mapa, son universales, existen miles de Purujosas en España y en el mundo. Los problemas que aquí contaré son extrapolables a los exiliados rurales de la Presa de las tres Gargantas de China o a los pueblos del Maestrazgo turolense. Cada cual con sus particularidades, pero también con sus semejanzas.

El objeto del blog es narrar vivencias rurales, problemáticas, estudios, anécdotas, análisis, reseñas, testimonios, noticias, proyectos, etc. Digamos que la Estrella Polar de este navío será Purujosa, puesto que es mi particular Ítaca, el lugar al que espero regresar tras la batalla Troyana de la urbe. Sin embargo, espero que ayude a otros a encontrar su propia Ítaca. A fin de cuentas, el campo es campo allá donde esté y eso nos une a personas de todo el mundo. Arriar velas, comienza el viaje, que la brújula del Nido de Águilas del Moncayo os lleve a buen puerto.