Este invierno ha sido largo muy largo. Ya a primeros de noviembre cayeron las primeras nevadas y a primeros de marzo cayó la última. No han sido grandes nevadas en cuanto a espesores, pero han sido numerosas. Muchos días viendo a través de los cristales el lento copear reflejado al contraluz de la farola. También ha sido frío, muchas heladas junto al río. Del balcón del solanar de casa hay colgadas unas “pinochas”, mazorcas de maíz. Este año los pajarillos han dado buena cuenta de ellas, han debido pasar hambre porque otros inviernos no se las comían.
Sin embargo, llevamos ya unas semanas primaverales. Aunque la estación no entra hasta el próximo sábado, la nieve se ha ido de la cara sur del Moncayo, solo se resguarda en los circos glaciares de la cara norte, donde este año aguantará aun varios meses. En Purujosa los almendros han florecido. Aquí la primavera llega más tarde que en el resto del valle, pero termina llegando. Los enjambres de abejas están en plena actividad, en las aliagas y romeros más floridos se oye ese característico zumbido de la colonia alada en movimiento. También se observan lagartijas en el asfalto, en busca del calor que ha vuelto. Los pájaros trinan en las choperas del río y las manadas de corzos se dejan ver cerca del pueblo. En definitiva, la vida ha vuelto, la naturaleza renace tras el largo silencio que el crudo invierno impone.
Todos, animales, plantas y personas esperan con ansias la llegada de la primavera. Como bien expresara La Ronda de Boltaña
en aquella fantástica canción Primavera Rondadora : Que impaciente te espera el país, con un ramo de flor de aliagas, que aunque es flor bien pinchuda y no huele a jazmín, es la nuestra y nació para ti (....) Primavera has llegado por fin!, rondadora más que rondadora, Remudau y de fiesta te espera el país, suspirando de amores por ti.
Sin embargo, no nos engañemos. En la montaña, la primavera es una estación cambiante, alocada. Es posible tener días preciosos, lluviosos y con temperaturas agradables, seguidos de días secos y calurosos, más propios del verano, para acabar con una nevada tardía. De momento la primavera está siendo primaveral pero el año pasado vimos nevar en Mayo ¿Qué pasara este año? El refranero es previsor: “Hasta el 40 de Mayo, no te quites el Sayo”