Recupero ahora una noticia que nos trajo Lourdes hace un tiempo y de la que queremos dejar constancia. Se trata de una carta al director del Heraldo de Aragón que hacía referencia a Purujosa cargada de lirismo, poesía dedicada a nuestra tierra. Transcribimos aquí su texto:
"UN PASEO POR PURUJOSA"
Desde la Iglesia de San Salvador de Purujosa
(Zaragoza), pende de la montaña como un racimo de uvas de una recia y
rancia parra. Sus férreas raíces preñadas de años perforan las entrañas
de la tierra de donde saca su alimento. De brujas, hayedos y castillos
su orografía está minado. Y el río Isuela empeñado en lavar a diario los
pies de sus pueblos y campos, de rodillas apostado en su estrecho
barranco. Amanece, y la comarca del Aranda se despereza y nos da la
bienvenida. Y sus pájaros, sus bosques, sus paredes, sus animales se
hacen a un lado para dejarnos paso. El día está fresco, el sol lo
pusieron en el cielo, las nubes a lo lejos y el Moncayo, ¡ay! Con nata
en su falda y en su cúspide, por una cereza coronado. Subo por una
empinada cuesta hasta la cueva de Los Pilares. Exhausto en ella me alojo
y miro hacia fuera a través de sus erosionados ojos. Y me quedo
ensimismado ante un espectáculo tan hermoso. Más tarde, por una chimenea
me esfumo a La Muela. Y a mis pies, más allá del precipicio, se
extiende un mar de bosques, valles y picos de inigualable belleza. Y
quisiera mudarme cuando sea viejo para perderme cada día en este
paraíso... Pero ya es tarde, tengo que volver o se me hará de noche en
el camino de regreso. Cojo la pista que viene de las Peñas de Herrera,
paso por el refugio del Cerro Gordo y llego a Purojosa a las tantas. Y
me digo: "¡Qué bonito pueblo! No todo es malo en este confinamiento".
Venancio Rodríguez Sanz.