Vivencias y pensamientos sobre la ruralidad y la vida en el campo desde Purujosa pueblo casi deshabitado a la sombra del Moncayo.

jueves, 30 de junio de 2016

La gran tinaja de la edad de Bronce de la Cueva las Palomas (Purujosa)

Recientemente se ha editado el nº XXII de la Revista Turiaso del Centro de Estudios Turiasonenses, correspondiente al bienio 2014-2015. En la misma podemos encontrar un trabajo realizado por el Equipo de Investigación de "Primeros pobladores del Valle del Ebro" en colaboración con el Centro de Espeleología de Aragón. 

En este estudio (pp. 283-293) se analiza el hallazgo de una gran vasija en la cueva de las Palomas, abierta en la pared meridional de la Muela de Beratón. En primer lugar se destaca la sorprendente ubicación del hallazgo en una estrecha galería colgada 12 metros sobre el suelo, inaccesible sino es por medio de técnicas de escalada, lo que indica que no era un lugar de habitabilidad y  hace pensar que la vasija se encontraba in situ. 

Su decoración de cordones paralelos dibujando "chevrons" geométricos con incisiones a espátula es propia del Bronce medio (1.500-1.200 a.C), relacionándose con yacimientos cercanos como Cueva Hermosa, Cueva Honda y Cueva Bolinchera en Calcena y con otros más alejados del entorno del sistema Ibérico y valle del Ebro  como la Cueva del Gato en Épila, . Sin embargo, en este caso destaca sus enormes dimensiones (74 cm. de altura, un peso estimado de 15 Kg y una capacidad superior a 80 litros). Los especialistas llegan a determinar mediante restos de carbón que en su cocción se utlizaron quecus semicaducifolias (¿quejigos o rebollos?).

Sin duda, un hallazgo peculiar dada su enriscada ubicación que nos hace preguntarnos ¿Por qué depositaron la vasija en un lugar tan inaccesible? ¿Qué contenía?. El artículo se podrá consultar en PDF en la web del Centro de Estudios una vez publiquen el siguiente nº el año próximo. El enlace es este:

viernes, 24 de junio de 2016

Nuevo folleto turístico del Albergue de Purujosa

Recientemente nuestros amigos del albergue de Purujosa renovaron su logotipo comercial con un bonito diseño y ahora han editado un nuevo tríptico de información turística, destacando las opciones de senderismo, Bicicleta de montaña, espeleología, escalada y el propio caserío de Purujosa. Adjuntamos el folleto para su visualización: 

Lo cierto es que en estas últimas semanas, numerosos excursionistas han visitado la cara oculta del Moncayo y para muestra un botón: La fotografía del centro excursionista Moncayo de Tarazona, que atravesaron a la otra vertiente de la Montaña para cambiar los frondosos bosques por los barrancos calizos.

¡Hasta la próxima vecinos!

jueves, 16 de junio de 2016

Aprendiendo a volar con la poetisa Begoña Abad.

Cuando un libro te lo recomienda tu madre, es sin duda una elección acertada. Si al consejo se suma tu hermana, se convierte en una lectura obligatoria. Como aprender a volar (Ed. Olifante, Zaragoza, 2012) ha salido de la pluma de Begoña Abad, una poetisa de 64 años, burgalesa de nacimiento, residente en Logroño, donde ha combinado su oficio de portera de finca, con su pasión literaria. Entre fregonas y limpiacristales surgen sus versos libres, pues para Begoña, la escritura es la libertad:
Cuando friego, lo hago con dignidad
y cuando termino la tarea,
 en ese mismo lugar,
escribo poemas
 para defender la dignidad
 de los más invisibles,
 por si los que la perdieron
 entre visas oro y el brillo del poder
 quieren hacerles creer
que no tienen derecho a ella.
Cuando miro a los ojos,
cuando hablo, respiro o lloro
lo hago también con dignidad.

En una reciente entrevista en la revista femenina y feminista Lima Magazine, esta “mujer sin título, con una vida tan normal como tantas otras mujeres, y metida en casa tantos años trabajando en una portería” comentaba sus vínculos literarios con nuestras tierras moncainas: “En mi primer encuentro de poesía, en el Moncayo, yo llegué allí sin saber muy bien por qué había ido, había un grupo de mujeres que ya estaban experimentadas en la escritura y yo no había publicado nada. Pero aquello fue una cosa preciosísima, fue un descubrimiento, ir leyendo por los pueblos de Aragón en pueblos remotos, leíamos a las 11 de la noche en un pueblo en la iglesia ¡y la gente acudía! Y así fue como comenzó, lo siguiente fue que la editora me invitó a ir a la Casa del Poeta, que está en Trasmoz, accedí y allí ya me dijeron que me iban a publicar un libro”.

Su obra habla de las cosas cotidianas, pero también de los recuerdos familiares, entre los que se incluyen la memoria de su abuelo molinero, una vida que es la todos que se dedicaron a ese oficio hoy perdido pero antaño tan necesario para la vida de los pueblos:
Mi abuelo no salió de su pueblo.
El pueblo tenía cuatro casas,
cuatro calles, cuatro caminos,
cuatro vecinos, cuatro perros.
No había en él ni obispos, ni ministros,
ni putas, ni altos cargos,
no había empresas, ni banca, ni iglesia había.
En realidad no salió nunca de su molino.
Ya es casualidad que por aquel lugar,
remoto y olvidado,
acertara a pasar la vida.
Mi abuelo hablaba poco, pero sabía mucho,
todo lo aprendió mirando la muela
que, implacable, con el mismo eterno movimiento,
machacaba siempre el grano, hasta hacerlo polvo.

Nos sentamos junto al hogar, abrimos el poemario apartando el marcapáginas y Aprendemos a volar desde el nido de Aguilas del Moncayo, recordando las palabras de Begoña: “sólo sé que no voy a dejar de escribir, y que es lo que más feliz me hace y que es mi espacio de libertad más grande. (…), escribo simplemente porque me hace feliz”.

sábado, 11 de junio de 2016

flores del Moncayo: orquídeas, corona de rey y saxifraga moncayensis.

Dejamos atrás la primera semana de temperaturas realmente altas de junio. A pesar del calor, no ha habido tronadas vespertinas y el campo china chano se va agostando. Pasamos de los prados floridos al amarillo con banda sonora de chicharras. Pero apenas ha transcurrido medio mes desde las fiestas de Mayo.Aquel sábado, en la romería a San Cristóbal, nos deleitábamos con la floración de las orquídeas a la orilla del sendero.

Fue en una de esas salidas campestres, mientras Andrés fotografiaba las orquídeas, cuando conversamos sobre la peculiar colonia de Corona de Rey (saxifraga longifolia) que crece en las paredes calizas del barranco de Valcongosto. Una especie circunscrita a la península ibérica y el atlas marroquí, que es abundante en los macizos calizos del Pirineo pero bastante rara en el resto de las montañas del país.Por ejemplo, en Castilla León la colonia de la Muela de Beratón sería una de las dos únicas localizaciones en toda la comunidad autónoma.  

Además, esta planta  tiene un ciclo biológico verdaderamente llamativo. Forma unas rosetas de hojas alargadas con tonalidades blanquecinas en sus terminaciones fruto de la cal de las paredes donde crece. Tarda al menos 6 años en florecer (pueden ser bastante más) teniendo una única y espectacular floración en su vida. Entonces, del centro de la roseta de hojas emerge un tallo de hasta 60 cm. provisto de numerosas flores. Tras la floración, la planta perece. Precisamente, Andrés y Joaquín tuvieron la fortuna de ver la rara floración de una de las coronas de rey de Valcongosto, que adjuntamos en la foto superior.


Pero si la Corona de Rey es escasa, mucho más lo es la saxifraga moncayensis. Un endemismo cuya distribución a nivel planetario se circunscribe al sistema ibérico, teniendo una de sus mayores colonias, como indica su nombre, en el Moncayo. No deja de ser sorprendente que una plantita tan rara y escasa, única en el mundo, llegue a germinar y florece en las propias calles de la parte alta de la localidad de Purujosa, con testifican las imágenes de arriba, tomadas también en las pasadas fiestas de Mayo. 

Escasas o frecuentes, todas bellas. Las flores del Moncayo nos invitan a pasear por sus senderos y las calles de sus pueblos antes de que la canícula las marchite hasta el año que viene.