Vivencias y pensamientos sobre la ruralidad y la vida en el campo desde Purujosa pueblo casi deshabitado a la sombra del Moncayo.

sábado, 27 de diciembre de 2014

Feliz Navidad y prospero 2015.

La navidad es una fecha especialmente señalada para los niños. La inocencia infantil reflejada en su ilusión por los regalos, el brillo de sus ojos cuando oyen nombrar a los Reyes Magos o a Papa Noel. Especialmente este último, que progresivamente se va imponiendo en el imaginario colectivo de la sociedad capitalista occidental. La homogenización cultural frente a las tradiciones locales (la tronca de Nadal en el Pirineo o el Olentzero en la zona vasco-navarra) se imponen en la aldea global del siglo XXI.

Probablemente todos asociemos a Papa Noel o Santa Claus con un anciano bonachón, de larga barba, considerable barriga y un una vestimenta de color rojo y blanco. Lo que muchos no saben y tendremos que enseñar a nuestros hijos cuando crezcan, es que en el siglo XIX se solía representar con colores verdes y fueron los anuncios de Coca-Cola los que popularizaron la famosa iconografía navideña.


Del mismo modo, es interesante conocer la evolución histórica que se esconden detrás de nuestras celebraciones actuales. Las sociedades precristianas rendían culto a la naturaleza, siendo especialmente significativa una fecha: el solsticio de invierno, momento en el que las horas de luz empiezan a ganar terreno a la oscuridad del invierno. A su vez, en el Imperio romano a mediados de diciembre, se celebraban fiestas en honor a Saturno, en las que los niños recibían obsequios de sus mayores. Vemos en ambos elementos el origen pagano a nuestra actual tradición.


Como en tantas ocasiones, el cristianismo sacralizó los ritos paganos. En este caso a través de la figura de San Nicolás, obispo de la región de Anatolia en siglo IV que destacó por dar todos sus bienes a los pobres y ayudar a los niños.

Cuando los holandeses fundaron Nueva York en el siglo XVII llevaron sus costumbres, entre las que se encontraba el sinterklaas, que no es sino la fiesta de San Nicolás en holandés.  En el siglo XIX el escritor Irving publicó el cuento “Historia de Nueva York” donde deformó al santo holandés sinterklaas en la pronunciación anglosajona Santa Claus. Posteriormente, aparecía la mística del personaje que conocemos en la actualidad a través de diversos cuentos: El trineo, los renos (incluyendo a Rodolfo), su origen en el Ártico, etc. Este Santa Claus, que ya nada tenía que ver con el original San Nicolás (más allá de su cariño a los niños) traspasó a Europa a finales del siglo XIX.

Así, estamos ante un mito de nuestro tiempo, que bebe de un predecesor cristiano (San Nicolás) que no hizo sino sacralizar dos tradiciones paganas: Las Saturnalias romanas y el solsticio de invierno.  

Además, el propio significante de San Nicolás se ha perdido en Papa Noel. El Santo cristiano tenía un componente subversivo al apoyar a los desfavorecidos frente a los poderosos. Como nos cuenta la profesora de Teoría Política en la Universidad de Loughborough (Inglaterra)  Ruth Kinna, el filósofo anarquista Kropotkin estaba muy interesado en la figura de San Nicolás dado que en Rusia era venerado como defensor de los débiles. En algunas anotaciones inéditas del pensador ruso podemos leer su aspiración de expropiar las tiendas para regalar los juguetes. Incluso llegó a teorizar en torno a  los talleres de Santa Claus  basados en el principio solidario de apoyo muto al trabajar altruistamente al saber que producían felicidad en otros.



No deja de ser sorprendente el total alejamiento de esos ideales cuando en la actualidad la Navidad es la fecha de la exaltación de un modelo de consumo que implica una gran brecha social entre nuestro primer mundo y el tercer mundo. En estas fechas más que nunca debemos recordar que nuestro nivel de vida se sustenta en la explotación de otros. Eso no quiere decir que no disfrutemos de estos días de confraternización familiar, ni que no disfrutemos de la sonrisa de los niños, sino que tomemos conciencia de que Santa Claus o San Nicolás no estarán satisfechos mientras muchos niños en el planeta no puedan sonreír.

Que el Moncayo nos traiga una Feliz Navidad y un prospero año nuevo. 

viernes, 12 de diciembre de 2014

Cuando los leopardos y los osos compartían el Moncayo.

Nuevamente nuestros amigos  paleontólogos de Aragosaurus nos traen nuevas noticias vinculadas al yacimiento de la Cueva de los Rincones. El investigador Victor Sauqué ha publicado un nuevo estudio sobre los mamíferos cuaternarios, donde pone de manifiesto que esta cueva moncaina es el  lugar de la península con mayor proporción de restos de osos y leopardos que han aparecido juntos.

Además, tal cantidad de huesos ha permitido realizar un profundo estudio biométrico que ha posibilitado establecer las similitudes de este antiguo leopardo de las cavernas con el contemporáneo leopardo de las nieves que actualmente solo vive en el Himalaya. 

En el artículo, publicado en la revista Historical Biology, agradecen la colaboración, entre otros, de los también amigos del Centro de Espeleología de Aragón y a los vecinos de Purujosa. Además, el estudio científico se acompaña de los dibujos del paleartista Gianfranco Mensi.

A su vez, Heraldo de Aragón publicó en su versión digital una noticia sobre este importante yacimiento a nivel europeo que tuvo una amplia repercusión entre sus lectores. Se puede consultar clicando AQUÍ

La referencia al artículo científico es: Sauqué, V., Rabal-Garcés, R. & Cuenca-Bescós, G. (2014). Carnivores from Los Rincones, a leopard den in the highest mountain of the Iberian range (Moncayo, Zaragoza, Spain) Historical Biology. http://dx.doi.org/10.1080/08912963.2014.977882

martes, 9 de diciembre de 2014

Nevada 6-7 diciembre de 2014.

Dejamos atrás un blanco puente de la Constitución. Las vacaciones laborales coincidieron con la primera nevada de la temporada que dejó una estampa plenamente invernal en Purujosa.
Muchas horas nevando que hicieron que cabezos y barrancos, calles y tejados, se pusieran por fin sus galas invernales. No en vano, en medio de la nevada aun había algunos que estaban cogiendo setas. 

Sin embargo, ya nos podemos despedir de los hongos. Tras la nieve llegó la ventisca. Un aire huracanado que dejó el día más frío del invierno. Pese al viento, las aguas de los charcos se congelaron durante la noche. 

Nieve, ventisca, frío y heladas. Como dice la popular serie de televisión Juego de tronos "Winter is coming". Desde nuestra particular Invernalia moncaina podemos afirmar que "el invierno ya está aquí". 

martes, 2 de diciembre de 2014

Lluvias y riada 29-30 noviembre 2014.

Atrás quedó el diluvio. Más de 24 horas jarreando, los pluviómetros desbordados. Precipitaciones generalizadas en todo el este peninsular que alcanzaron cifras astronómicas en el Moncayo superando los 100 litros como se ve en el mapa inferior. Hacía muchos años que no se veía llover así.
 Con estas lluvias torrenciales es normal que el caudal del río Isuela se multiplicara por 100 en apenas unas horas, pasando de unos pobres 0´16 a casi 20 metros cúbicos segundo. Se ponía fin a este extraño estiaje otoñal de manera brusca con una crecida histórica. 
Y si el río alcanzó ese caudal fue porque todas las fuentes manaban a raudales. Desde la fuente la Costera a la Fuente del Tajo (con una cascada saltando al lado del depósito) de la Fuente Ortuño a la del Col, que volvió a destrozar la balsa de agua que hay a sus pies. 
 Y si las fuentes manan a borbotones, los barrancos bajan desbordados. El barranco de la Virgen es un auténtico sumidero gigante, un "queso gruyere" por donde el agua que llega todo el año hasta el inicio del cañón calizo en el Boquero de Peñacerrada se infiltra bajo tierra. Solo en ocasiones muy especiales, cada muchos años, desde lo alto de Purujosa se oye a sus pies discurrir el agua.  El otro día tuvimos el privilegio de ver el agua desde lo alto, avanzando en dirección al río Isuela.


Sin duda, un día histórico.