Bien es cierto que aun no he subido en estas fechas navideñas a Purujosa. Ya se sabe, estamos en días de compromisos y es difícil encontrar un hueco en la agenda. Sin embargo, uno de estos compromisos me llevó este lunes a un rincón próximo a Purujosa donde todavía no había estado.
Quedé con mi amigo Fernando, popular miembro de Pirineos 3000 y compañero del club de montaña Rodanas de Épila. Hacía muchos meses que no nos íbamos de excursión juntos. Siempre, por un motivo u otro, nuestras agendas montañeras no coincidían. Había que ponerle remedio y que mejor que una salida navideña a la sombra del Moncayo.
A las 7:30 de la mañana en las piscinas de Épila el termómetro marcaba -7ºC, fuimos a elegir el día más frío del año. Cuando llegamos a la soriana Ólvega había amanecido y el sol templó nuestros pasos cuando salimos en dirección al collado del Altillo. En la Sierra del Madero el movimiento de los espantosos molinos eólicos presagiaba el viento que sufriríamos después.
Es curioso. Muchas veces había pasado por Ólvega para ir a Purujosa pero nunca había entrado. Muchas veces había atravesado en coche el Puerto de la Carrasca pero nunca había penetrado en los rebollares que protegen sus laderas. La verdad que la excursión merece la pena. Se trata de una ruta circular de 11´5 Km, perfectamente señalizada al constituir la PR SO-81, la Ruta del Viento, que nos permite recorrer la línea de cumbres de la Sierra del Madero. Atravesamos un rebollar hasta salir del bosque en el collado del Altillo junto a una balsa y un corral donde se encerraba la vicera de Ólvega. Ya en la cumbre existe un bonito monumento al viento. Las vistas son espectaculares, incluso se adivina la Muela Beratón. Detrás se extienden los dominios del Nido de Águilas del Moncayo.
Tras ver dos corzos a la carrera descendemos a la mina Petra, antigua explotación a cielo abierto en cuyo fondo se ha formado un lago que encontramos completamente helado. El lugar sobrecoge. Hace años se editó un librito sobre los avatares históricos de esta mina que de vez en cuando ojeamos al calor del hogar en el castillo de Purujosa. Desde la mina Petra se continúa por la antigua línea del ferrocarril de la explotación, en la actualidad reconvertida en Vía Verde en donde existe un circuito deportivo. A la sombra de los rebollos (Quercus Pyrenaica) avanzamos hasta regresar a Ólvega, localidad donde en la actualidad residen unos cuantos purjosanos y a donde algunos suben a hacer las grandes compras.
Quedé con mi amigo Fernando, popular miembro de Pirineos 3000 y compañero del club de montaña Rodanas de Épila. Hacía muchos meses que no nos íbamos de excursión juntos. Siempre, por un motivo u otro, nuestras agendas montañeras no coincidían. Había que ponerle remedio y que mejor que una salida navideña a la sombra del Moncayo.
A las 7:30 de la mañana en las piscinas de Épila el termómetro marcaba -7ºC, fuimos a elegir el día más frío del año. Cuando llegamos a la soriana Ólvega había amanecido y el sol templó nuestros pasos cuando salimos en dirección al collado del Altillo. En la Sierra del Madero el movimiento de los espantosos molinos eólicos presagiaba el viento que sufriríamos después.
Es curioso. Muchas veces había pasado por Ólvega para ir a Purujosa pero nunca había entrado. Muchas veces había atravesado en coche el Puerto de la Carrasca pero nunca había penetrado en los rebollares que protegen sus laderas. La verdad que la excursión merece la pena. Se trata de una ruta circular de 11´5 Km, perfectamente señalizada al constituir la PR SO-81, la Ruta del Viento, que nos permite recorrer la línea de cumbres de la Sierra del Madero. Atravesamos un rebollar hasta salir del bosque en el collado del Altillo junto a una balsa y un corral donde se encerraba la vicera de Ólvega. Ya en la cumbre existe un bonito monumento al viento. Las vistas son espectaculares, incluso se adivina la Muela Beratón. Detrás se extienden los dominios del Nido de Águilas del Moncayo.
Tras ver dos corzos a la carrera descendemos a la mina Petra, antigua explotación a cielo abierto en cuyo fondo se ha formado un lago que encontramos completamente helado. El lugar sobrecoge. Hace años se editó un librito sobre los avatares históricos de esta mina que de vez en cuando ojeamos al calor del hogar en el castillo de Purujosa. Desde la mina Petra se continúa por la antigua línea del ferrocarril de la explotación, en la actualidad reconvertida en Vía Verde en donde existe un circuito deportivo. A la sombra de los rebollos (Quercus Pyrenaica) avanzamos hasta regresar a Ólvega, localidad donde en la actualidad residen unos cuantos purjosanos y a donde algunos suben a hacer las grandes compras.
Desde esta activa localidad, famosa por Revilla y sus chorizos, parten numerosas sendas PR que sin duda iremos recorriendo en alguna de nuestras escapadas desde el Nido de águilas del Moncayo. De momento, desde las cumbres de la Sierra del Madero os deseamos un muy feliz 2011
Descripción de la ascensión: Sierra el Madero, Pico Cascarrera (1.483 m.)