Vivencias y pensamientos sobre la ruralidad y la vida en el campo desde Purujosa pueblo casi deshabitado a la sombra del Moncayo.

domingo, 28 de noviembre de 2010

Primera nevada del otoño en directo

Ya han llegado los primeros copos a Purujosa. Lamentablemente yo no estoy de testigo pero me informan de que está nevando desde las 2 de la tarde. Curiosamente, nieva con sol y evidentemente no cuaja. Otra cantar será valle arriba, en Beratón, donde la estación automática del SAIH marca -1ºC. ¡Mucho frío para ser las dos de la tarde!

En el radar de la AEMET se aprecia como la precipitación está muy localizada en el macizo del Moncayo. Nevadas orográficas que genera nuestro gigante.

Enlaces para hacer seguimiento meteorológico on-line:
RADAR AEMET
Estación meteorológica de Beratón

jueves, 25 de noviembre de 2010

Nuestras primeras setas del otoño en Purujosa

Por fin he gustado este otoño las setas del Moncayo. El fin de semana pasado, mientras yo estaba en la Calcenada, mi padre aprovechó para subir a Beratón. Había llovido en los ultimos días y su olfató setero le decía que podían haber salido hongos. No falló.

Cuando llegué a casa el domingo, me esperaba en el zagúan una cesta de variadas setas: algunos rebollones (Lactarius Deliciosus)y bastantes capuchinas (Tricholoma Portentosum)que aquí algunos llamamos genericamente negrillas o ratón, al asociarlas con la Tricholoma Terrum. Les acompañaban en la cesta unas cuantas babosas (Hygrophorus Gliocyclus) y muchas llanegas amarillas (Hygrophorus Hypothejus). Estas dos ultimas especies yo no las recojo en el campo, aun no estoy familizarizado con ellas, pero poco a poco iremos conociendo su textura, tonalidades y formas para incluirlas en mi cesta.

Por cierto, degustamos las setas mientras veíamos el programa Cazadores de setas, que esta semana recorría el Maestrazgo de la mano de unos vecinos de Cantavieja. El programa no tuvo desperdicio, lo mismo cantaban jotas mientras masticaban una faria que explicaban con la navaja de las setas como castras tocinos. Muy salados los 3 abuelos de Cantavieja. Estas setas van a su salud.

martes, 23 de noviembre de 2010

Crónica Calcenada Otoño 2010

Cuando llegué a Purujosa era noche cerrada. En el albergue, alguna mesa estaba preparada para los huéspedes que al día siguiente harían la calcenada. Me senté con el pastor de Mesones y hojeé la revista Campo Base para hacer tiempo. Cuando el reloj marcó las 8, me bajé a Calcena. Si el año pasado la Calcenada fue un éxito con casi 1.000 inscritos, este con 1.500 constituía todo un reto. El incremento del 50% de participantes daba muestras del buen hacer de los organizadores, pero al mismo tiempo asustaba bastante: ¿Podríamos coordinar a tanta gente?; Mariano Miguel lo dijo: “podemos morir de éxito”, pero nada más lejos de la realidad.

En la carpa, Carlos del Albergue de Purujosa había preparado los garbanzos y salchichas para más de 200 comensales. Me puse con los amigos de la Peña el Ribazo, cerca de Mariano y Vicente, amigos de Purujosa, que se habían puesto con Felix y Santi de Calcena. En el sorteo, el primero numero en aparecer fue el 113, que casualmente tenía un servidor. Fui agraciado con un reloj que cedí a Antonio para que lo colgara en su peña. Después llegó lo mejor de la noche: Los Mariachis. Qué bien suenan los violines, guitarras y guitarrón con el rumor del río Isuela de fondo.


A las 6:15 de la mañana sonó el despertador. Cuando salí a la calle era noche cerrada, llovía y por la calle corría el agua. Mal oraje para lo que nos venía encima. Mariano y Vicente ya estaban preparados para salir camino de su avituallamiento en el Santo. Yo por mi parte me dirigí a Calcena; me puse el chubasquero, frontal y chaleco reflectante para dirigir los coches en el aparcamiento alto. Algunos conductores nos decían que en el Puerto de Beratón nevaba. Aquí el agua y el transito de cientos de coches hizo que algunos vehículos patinaran en el barro de la rampa de acceso.


Amaneció. Tras observar el discurrir de la serpiente multicolor de participantes nos dirigimos al bar donde un carajillo y el posterior chocolate nos templó el cuerpo. Entonces dio la salida de los participantes con deficiencia visual. Es de alabar la entrega de estas personas y de sus guías.


Luego nos fuimos a montar nuestro avituallamiento en la ermita de San Roque. Este año no tuvimos arco de Trangoworld pero tuvimos música y decoración: bandera de Aragón y camisola de la peña del Ribazo. Raudos pasaron los runners, entre los que se encontraba la olímpica María José Povés, más tranquilos los senderistas. De repente, mientras sonaba la Ronda de Boltaña en el avituallamiento, se acercó un senderista gritando: ¡Coño! Los de mi pueblo, que yo soy del Sobrarbe!”. También me resulto muy emotivo el reencuentro con mi antiguo profesor de inglés, Juan, que participaba en la prueba. Y es que la Calcenada da para muchas pequeñas historias.

Al rato nuestras guapas chicas del avituallamiento Lorena y Paola se cansaron de mi música folk y Lady Gaga resonó a los pies de las Peñas del Cabo. Se nota que somos el avituallamiento más joven, lo cual no nos priva de compartir la bota con los más veteranos andarines.


Pasadas las 4 de la tarde llegamos a la carpa, consecuencias de ser el ultimo avituallamiento de la prueba. Disfrutamos del exquisito estofado pero pronto tuvimos que plegar, había que coger la furgoneta para retirar los restos del avituallamiento. Cuando me marché a Purujosa, muchos voluntarios seguían retirando sillas, caballetes y mesas de la carpa. Llena de satisfacción ver como todo un pueblo se vuelva en una prueba que ya constituye todo un hito en el Moncayo. Hasta la próxima.

lunes, 22 de noviembre de 2010

Purujosa Otoñal en Heraldo de Aragón

Este sábado 20 de noviembre al abrir el Heraldo me llevé una grata sorpresa. Hacia ya bastantes días que había mandado una fotografía a la sección Heraldo Abierto, donde se están publicando imágenes otoñales. Ante la tardanza pensé que la abrían descartado porque aparecen fotografías muy buenas. Pero cual fue mi alegría cuando descubrí que la habían publicado entre una selección de las mejores. Ahora bien, la sorpresa continuó al descubrir que habían cometido una errata cambiando mi nombre por el de Ramón. Tras las carcajadas de rigor, nos felicitamos de seguir promocionando esta cara oculta del Moncayo que tan bellas imágenes nos deja.

El texto que acompaña también es mio. La fotografía está tomada en el barranco de la Virgen. En la ruta circular señalizada como “barrancos de Purujosa”, al llegar al Boquero de Peñacerrada, la senda se desvía en fuerte ascenso a la derecha para alcanzar el collado que da a Barrevinosos. A lo largo de esa senda podemos admirar cientos de arces, es un tramo muy bonito. Este ejemplar está muy alto, dominando el barranco y las muelas calizas a sus pies.

Adjunto también la fotografía original, con una calidad de imagen muy superior. Disfrutad del otoño.

sábado, 20 de noviembre de 2010

Fanlo, novela de los pueblos abandonados del Pirineo

Rafael Andolz fue uno de los grandes divulgadores de la cultura aragonesa en general y de la pirenaica en particular. Su diccionario de Aragonés – castellano, que ya va camino de los 40 años, es una obra imprescindible para la filología aragonesa, lo mismo que sus Leyendas del Pirineo, lo es para la antropología. Varios de sus libros ocupan un lugar privilegiado en mi estantería pero hacia tiempo que quería conseguir esa novela de sugerente título: Fanlo, novela de los pueblos abandonados del Pirineo, Ed. Pirineo, 1996.

Lo primero que llama la atención al pasar sus hojas es el hecho de que el texto se inicia con un primer capítulo en aragonés, aunque posteriormente aparece su traducción. En el resto de los capítulos el aragonés se conjuga con el castellano y progresivamente este se va haciendo dominante y empiezan a aparecer anglicismos incorporados al lenguaje actual (top-less, sport, zapping, modem, VIP, etc.) Esta transición lingüística es una metáfora de la transición social que refleja el libro: el transito de una sociedad tradicional con una economía de montaña, a una sociedad consumista postindustrial. La transición queda testimoniada en la vida de Toné, el protagonista. Estamos ante una biografía de uno de tantos habitantes que pasó su niñez en la montaña y terminó emigrando a la ciudad, como expresaba el propio Andolz “una generación eslabón a horcajadas de una cultura rural de siglos y otra postindustrial".

Ahi radica el interés del libro, en su universalidad dentro de su particularismo. Porque la biografía de Toné podría ser la biografía de cualquier habitante de pueblo, porque las circunstancias de sufrieron los vecinos de Fanlo, la sufrieron los vecinos de Purujosa o los habitantes de Griegos. Comenzaremos con los recuerdos de las veladas junto a la cadiera, donde no había televisión ni luz, pero la familia se reunía en torno al fuego. Allí se hacía casa, se hacía hogar y se continuaba con la tradición oral como se había hecho siempre. El recuerdo de la matazia, uno de los acontecimientos más importantes del año, lo mismo que la noche de difuntos, cuando los zagales estaban en vela toda la noche para hacer sonar las campanas de la Iglesia.

Entre recuerdos van pasando los años y Toné rememora el momento en que se trasladó a Huesca, aquellas casas altas, donde vivían varias familias, sin corral y sin animales, pero con luz eléctrica frente al candil, agua saliendo de los grifos en vez de tener que ir a llenar los cantaros y sobre todo, retretes. En Purujosa, como en todos los pueblos, escaseaban los retretes, todavía se conserva en el zaguán de la Iglesia el “retrete del obispo”, reservado para los párrocos en los días de fiestas. Luego Toné entendió las causas que motivaron que los montañeses se bajaran al llano: “Los tractores suplían a las caballerías, las cosechadoras a los viejos trillos […] los pastores se hicieron peones de albañil, los carboneros ayudantes de fresador” y “para encontrar un montañés había que buscarlo en Barcelona, Zaragoza o Huesca”. Por ello, “cada polo de desarrollo se traducía en centenares de polos de miseria”, pueblos que se despoblaban para que ciudades pudieran crecer.

Toné entiende que “nunca se había exigido a una generación la capacidad de adaptación y evolución que se pedía a la suya: había recorrido docenas de siglos en una sola vida. Había pasado a velocidad vertiginosa del candil de aceite a la televisión, del asno al avión, del arado […] idéntico al que describía Virgilio, a la cosechadora […] del ábaco al ordenador, del pico y pala a la excavadora, del asomarse tímidamente al valle vecino, montados en una burra, hasta los viajes espaciales”

Tomando prestadas las palabras del propio autor, se entiende el significado de esta pequeña gran obra: Un testimonio particular de un éxodo rural que fue global, narrado a través de los ojos y la vida de Toné. Una lectura muy sugerente.

lunes, 15 de noviembre de 2010

Chismorreos moncainos

Junto a las noticias aparecidas en la prensa, Purujosa en estas fechas da para más titulares y en cuanto corresponsal de este blog contaré algunos “chismorreos” del Nido de águilas del Moncayo.

El mas sonado es el de la habilitación del cuarto de la Primicia, local adjunto a la Iglesia, para dar cobijo a un nuevo sacerdote. La tarea evangelizadora del ermitaño Francisco conlleva que reciba la visita de otros párrocos. En una de estas visitas un compañero también decidió retirarse a las soledades del Alto Isuela y el padre Francisco optó por construir una nueva vivienda alejada de la ermita, dentro del casco urbano, pero separada de la calle por el zaguán interno que dispone la Iglesia. Así, el nuevo asceta podrá lograr un retiro espiritual. Jesús, que siempre ha colaborado con el padre Francisco, arregló la puerta de entrada a la Iglesia y aseguró la puerta de la Casa El Cura, donde ahora se han almacenado los elementos que estaban en la primicia.

(Puerta de la casa el Cura, reubicada en su sitio por Jesús. Aunque esté lavada de color crema, es la única puerta del pueblo que cuenta con dovelas, hechas en piedra tosca)

Tambén hay otras mejoras urbanísticas impulsadas desde el consistorio: la calle Amargura ha mejorado su alumbrado. Se ha instalado una necesaria farola en un punto ciego donde a partir del ocaso reinaba la oscuridad hasta el extremo de ser necesario ir con linterna. Nunca más deberemos ir a tientas al subir por sus empinadas cuestas.

Por otro lado, por primera vez en Purujosa, se ha sacado lotería para el sorteo Navidad. Como curiosidad, decir que el numero elegido ha sido el del código postal del pueblo y una imagen del albergue presido el boleto. A ver si toca.

Finalmente, la ya citada obra del puente. Es cierto que era una obra imprescindible, su ruinoso estado constituía un peligro para todos los usuarios y sus estrechas dimensiones impedía el acceso a los camiones de bomberos con el riesgo que ello conllevaba en caso de incendio. Constituía una reivindicación histórica que contaba con el agravante comparativo del puente de Peña águila de la vecina localidad de Calcena, que había sido restaurado 7 años atrás. La obra ha sido efectuada y hemos mejorado nuestras infraestructuras. Sin embargo, el agravio comparativo continúa ante el diferente cuidado estético puesto en ambas obras. El puente de Peña el Águila cuenta con unos acabos que se insertan mucho mejor en el paisaje, la barandilla de piedra, madera y forja pintada de verde es mucho menos agresiva que el antiestético quitamiedos de carretera puesto en nuestro puente. Curioso cuando menos, dado que el Puente de Purujosa comunica dos localidades, dos comunidades autónomas, y es la vía de entrada a la zona del Tablado del Parque Natural del Moncayo. A veces no entiendo a los ingenieros y arquitectos, la verdad. Al menos, no pasaremos miedo al cruzar el puente ya que antes no había ni barandilla ni quitamiedos.



(Puente de Peña Águila, Calcena. Hecho en 2003)

(Detalle puente Peña Águila)

(Puente de Purujosa. 2010)


viernes, 12 de noviembre de 2010

Noticias de la Crónica comarcal de octubre

Este mes de octubre Purujosa tuvo un lugar destacado en el periódico comarcal de la Crónica. Una pagina entera y un pequeño recorte que reproduzco en las siguientes fotografías para los que no lo hayan podido ojear en el albergue, donde hay varios ejemplares. En la prensa se recoge desde la ampliación del puente, infraestructura necesaria ante el riesgo de derrumbe de la anterior plataforma, pasando por los abrevaderos que se han construido en el Prado y en el Collado del Tablado y como no, la ampliación del Albergue, obra que ya ha comenzado y que constituye el mayor activo de futuro de la localidad.


martes, 9 de noviembre de 2010

Crónica V Jornadas micológicas de Purujosa

El día acompañó, lo que fallaron fueron las setas. Tampoco nos llevamos ninguna sorpresa dado que ha sido un otoño seco. Teníamos miedo porque se había anunciado una gran batida de 150 cazadores. Los 9 jabalís abatidos el fin de semana anterior habían actuado de reclamo. Afortunadamente, la batida se pospuso al domingo. Así, con cierto retraso, la caravana motorizada partió desde el albergue hacia el pinar. Yo fui con Mariano el alcalde y dos amigos suyos de Aranda de Moncayo y Ólvega respectivamente. Mariano abrió la cadena que limita el acceso motorizado al Parque Natural y colocó el cartel que advertía del cierre de la cadena a las 4 de la tarde. Una vez en el Collado de Aparapuercos, entre las muelas de Beratón y los Aliagones, volvimos a reunirnos para dar por iniciada la jornada, a partir de allí cada uno podría moverse con libertad por la montaña. En el mismo collado se quedaron unos amigos de Molinos, precioso pueblo del Maestrazgo turolense, que se han convertido en asiduos a la escuela de escalada de Calcena y a las soledades Purjosanas.

A nosotros, Mariano nos hizo una preciosa y completa ruta circular por la cara oculta del Moncayo. Pasamos por la Fuente del Tajo, donde su pobre caudal nos advertía de la escasez de tempero que nos íbamos a encontrar. Ascendimos hasta los altos collados junto a las paredes de la Muela del Col, donde realizamos una primera prospección con pobre resultado. Nuestros compañeros de viaje, que nunca había estado en estos barrancos, estaban maravillados con el paisaje. Pasamos a la vertiente de Añón con la intención de ir al Hoyo de Morana pero una batida de nuestros vecinos moncainos nos hizo retroceder. Abajo, en las praderas de Horcajuelo se movía un ganado y pronto nos encontramos a su propietario almorzando. Compartimos impresiones con nuestro amigo, el pastor Benito Gomara, las anécdotas se sucedían como cuando le dije: “Vaya mardano tan grande tienes al frente del rebaño” A lo que me respondió entre risas “No jodas, que es la burrica. Que además es Purjosana, que nació allí”.

Luego pasamos por el Collado de las Estacas, bordeando el Morrón. Allí indicamos a unos cicloturistas el camino a Talamantes y proseguimos hasta la fuente el Col y poco antes del collado Prenzal volvimos a hacer un alto en el camino para prospectar. El día invitaba a estar en el monte y Mariano, como buen anfitrión, nos invitó a un buen almuerzo. !Qué bien entraba la longaniza con un trago vino de la bota!. Volvimos al albergue con pocas setas en la cesta pero con la retina llena de imágenes de nuestras montañas del Moncayo. Allí estaban almorzando los buenos seteros de Borobia y Tudela. Poco después llegó Esteban, nuestro amigo de San Sebastián que había marchado a Soria y si que había recogido bastantes especies, lo mismo que Chori de Illueca, que llegaría por la tarde de los pinares de Vinuesa.

Lo cierto es que en esta quinta edición de las jornadas participaron muchas personas por primera vez. Si tenemos en cuenta que no era un buen año para ir a por setas, resulta muy satisfactorio comprobar que las jornadas despiertan el interés y constituyen un pretexto para salir al campo, vecinos y visitantes. José de Uña, nuestro amigo y micólogo, un año más estuvo atento a resolver cuantas dudas surgían durante la clasificación. En esta ocasión, aprovechando la buena temperatura, se decidió montar la mesa expositiva en la plaza. Menos especies pero alguna curiosidad como un escaso champiñón negro (agaricus phdelopidotus). La conferencia de José fue en el salón de actos del ayuntamiento, que una vez más se quedó pequeño. Aunque las jornadas continúen siendo muy familiares, puede que haya llegado el momento de plantear la posibilidad de trasladarlo a la Iglesia parroquial, edificio con mayores dimensiones de la localidad. Considero que el padre Francisco no pondría pegas para que se efectuase un acto cultural una vez al año allí. En muchas otras localidades ya se hace.

Finalmente la cena estuvo muy bien, como siempre, un magnifico menú degustación que permite deleitarse el paladar por un precio muy económico. Además si la velada transcurre acompañada de conversaciones con nuestros amigos de Madrid, Pascual y Vicente y señora, el hecho de que se hubieran cogido menos especies que el año pasado pasa a un segundo plano, lo importante es la convivencia que se respira en estas pequeñas pero ilusionantes jornadas micológicas.


LiSTADO ESPECIES RECOLECTADAS EN 2009 Y 2010
P.D: Todos los errores en la transcripción al latín de las especies recolectadas son única y totalmente responsabilidad mía ante la escasa calidad de algunas de las fotografías que efectué. Igualmente,es factible que falté alguna especie recolectada.

martes, 2 de noviembre de 2010

Jules Renard; Historias Naturales. Historias de pueblo

¡Esa gota de luna sobre la hierba! Así definía Jules Renard a las luciérnagas. Preciosa metáfora de esa luz que se apaga al mismo tiempo que se duermen nuestro pueblos. Metáfora de cosecha propia que explica el paralelismo entre la escasez de luciérnagas en los hortales y el incremento de casas hundidas: cada vez se ven menos luciérnagas y más puertas cerradas.

Este mes de octubre lo he pasado en el clínico haciendo de enfermero al cuidado de mi abuela ingresada. En las largas horas de hospital me ha dado tiempo a leer algunos libros pendientes: La Medea de Euripides (obra cumbre de la tragedia griega), los días de Cólera de Pérez Reverte (mi novelista y columnista contemporáneo predilecto) y por supuesto el libro que nos ocupa: las historias naturales de Jules Renard.

No es baladí que José Luis Borges atribuya a Renard la invención de las greguerías, textos breves semejantes a aforismos, que sentencian en una sola frase un pensamiento, una definición. El caso inicial de las luciérnagas es claro ejemplo. Las historias naturales se alejan de los andamiajes narrativos convencionales constituyendo una colección de imágenes. El estilo me recuerda a mis admirados Jalil Gibran y al Pastor de Carenas. El único hilo conductor de estas escenas es su vinculación con animales y situaciones del campo. Y es que Renard se cansó pronto de la bohemia parisina y regresó a su Borgoña natal donde su padre le había enseñado el amor a la naturaleza y la pasión por la caza. Los pasajes de las historias naturales son retales de sus observaciones en el pueblo, como el mismo describe: Un cazador de imágenes que salta de su cama de buena mañana y beberá aire fresco por el camino. Los ojos le sirven de red en la que caen presas las imágenes y la pluma su forma de transmitirnos sus impresiones. Todos los animales que observó quedan descritos, desde el gato doméstico que atrapa ratones dejándolos mortalmente heridos sin comérselos al asno que siempre caminaba junto al cartero, pasando por los ganados que “regresan de los rastrojales”.

Yeguas, conejos, bueyes, cabras, sapos, cabras; todos los animales imaginables caben en este bestiario de las historias naturales. Desde la simple reflexión del pinchudo erizo: “Hay que aceptarme como soy y no estrujarme mucho”, a la profunda melancolía que produjo en la familia la muerte de la vaca Negrita, llegando a pensar en decirle al campanero “ve a hacer sonar las campanas por alguien que ha muerto en mi casa”. De la observación del tímido ratón que se acerca hasta su escritorio interrumpiendo sus escritos al martín pescador que se posó sobre su caña de pescar. Escenas de pueblo, pasajes de la vida del campo narrados por una de las plumas más brillantes de la literatura francesa. Todo un lujo para leer en el hospital al que además acompañaban unos preciosos dibujos de Toulouse Lautrec ¿se puede pedir más?