Vivencias y pensamientos sobre la ruralidad y la vida en el campo desde Purujosa pueblo casi deshabitado a la sombra del Moncayo.

viernes, 23 de diciembre de 2011

Feliz Navidad y prospero 2012

Ha faltado poco. El premio Gordo de la lotería de Navidad nos ha rozado en la Cara Oculta del Moncayo. Por un número: 58.268 frente a nuestro 50.268.

Ya que no vamos a poder celebrar que somos millonarios, al menos mañana celebraremos la Nochebuena, la fecha en que los cristianos conmemoran el nacimiento de Jesús. Desde el Nido de Águilas del Moncayo queremos felicitar la Navidad a todos nuestros amigos, teniendo un especial recuerdo para los que nos han dejado a lo largo de este año que llega a su fin. Deseamos que el 2012 traiga más alegría a este país sacudido por la crisis, en la que unos cuantos se están lucrando a costa del sufrimiento de muchos.
Como el año pasado, compartimos con todos vosotros una postal de un gran dibujante, mi admirado Teodoro Pérez Bordetas. Una representación ideal de Purujosa realizada digitalmente junto a un portal de Belén dibujado a mano.


¡FELICES FIESTAS!

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Dos visiones del mundo rural: Peyorativa y bucólica.

A raíz de mi entrada respecto a la película La ciudad no es para mí, Santiago Guerrero, mordaz como siempre, publicó un comentario en Facebook con el que coincido plenamente y quisiera compartirlo con tod@s vosotros. Aprovecho para recomendar su blog La verdad nos hará libres. He aquí su reflexión:

Existen dos corrientes igual de estúpidas en torno a la vida en los pueblos y a sus habitantes.

Una , la peyorativa, ejercida por imbéciles con carrera (a veces más de una) que piensan que solo en una ciudad hay vida porque en ella se desarrollan los grandes acontecimientos económicos y culturales que dan fama y prestigio y que están vedados a los habitantes de los pueblos pues, según piensan ellos, la cultura ancestral y la sabiduría de cientos de generaciones, que han generado su propia música, su propia literatura y un conocimiento del medio, que un habitante de ciudad no llegará a entender jamás, no son nada si no están en el catalogo de los gurús de la "cultura" que, por cierto, la mayoría de las veces es pura porquería y nos la venden a precio de oro.


Dos, la bucólica, también suele estar ejercida por imbéciles con carrera (a veces también más de una) que , porque han pasado unas vacaciones relajadas en un bonito pueblo, ya creen que todo el monte es orégano y todo es paz, amor y buen rollito, ignorando que los siglos de convivencia que han creado una cultura ancestral, también han creado odios y rencores que, cocinados en el caldo de cultivo de la sociedad cerrada de un pueblo, han dado lugar a actitudes y comportamientos que pueden hacer la vida imposible a la persona mejor intencionada.

Los pueblos pueden criar personas maravillosas, poco contaminadas de toda la telaraña de comportamientos y actitudes que todo urbanita necesita para sobrevivir en un medio, como la ciudad, donde la puñalada trapera es una forma de saludo, pero también pueden criar (y de hecho lo hacen , como descubren amargamente estos tontosdelnabo del buen rollito) personas tan amargas y duras que creen que el escopetazo a la barriga es la única forma de saludo.

Las dos corrientes de pensamiento son mas falsas que un billete de 300€. Los pueblos no están al margen de la complejidad de la vida con sus luces y sus sombras. Solo crean las suyas propias y si quieres entenderlos o vivir en uno de ellos hay que acercarse a los mismos con la mente y el corazón abiertos, intentando saber lo que son y como son y no diciéndoles nosotros lo que son o como deberían ser. Cuando les aportas algo bueno, sin despreciarlos, ellos lo admiten y te lo agradecen.
Si vas de listo te mandan a cascala y con razón.

Yo que vivo en un pueblo (y estoy encantado de hacerlo) lo se.

martes, 20 de diciembre de 2011

Libro-guía: Ruta de los castillos del Aranda

Si en la anterior entrada hablamos de una biblioteca, hoy vamos a hablar de un libro. Y es que recientemente se presentó en el castillo del Papa Luna de Illueca la obra Descubrir la comarca del Aranda. Ruta de los Castillos. En sus 94 páginas aparecen recopilados los impresionantes castillos de Illueca y Mesones, junto a los más modestos de Aranda, Jarque y Sestrica; y los casi desaparecidos de Oseja, Calcena, Tierga y como no: Purujosa.

En su día me puse en contacto con mi amigo Santiago Cabello, editor, impulsor y autor de la obra, para comunicarle la existencia documental de dos castillos en Purujosa, el del propio pueblo en cuyo solar se levantó mi casa, y el del Tolmo de la Cina. A ambos hicimos referencia Alberto Aguilera y yo en nuestra obra Purujosa. Patrimonio artístico religioso. Parte de los documentos existentes en torno a ambas edificaciones aparecen transcritos en esta obra de carácter divulgativo que permite conocer las fortificaciones que defendieron la raya con Castilla en los valles meridionales del Moncayo.

sábado, 17 de diciembre de 2011

Ludoteca de las escuelas de Calcena

Las escuelas de Calcena son un edificio sublime, que no se entenderían sino fuera por la acción benefactora de D. Severino Aznar, que había cursado sus primeros estudios en la localidad del Moncayo. Gracias a su patrocinio se levantó este edificio escolar que en la actualidad alberga el Centro de Interpretación del Parque Natural, la biblioteca y la ludoteca.

Gracias a la labor de la Asociación de Amigos de la Villa de Calcena es posible que en un pueblo en el que en invierno no viven ni 50 personas exista una biblioteca funcional, no como muchas que son almacenes de libros, aquí acuden lectores. Precisamente, en uno de estos días que bajo a Calcena a pasar la tarde con mis amigos de la Peña el Ribazo, fuimos a las escuelas.

Lo cierto es que no leímos mucho. Yo ya tengo mi particular selección bibliófila junto al hogar de Purujosa. Bajamos a hacer uso de la ludoteca. Hasta que acudió Dani, rememoramos viejos tiempos echando unas partiditas al V-Rally en los ordenadores. Luego fue el turno del pin-pon y del futbolín. Pasaron las horas sin darnos cuenta. De nuevo, es de agradecer que en esta cara oculta del Moncayo, exista esta oferta de ocio para los jóvenes que regresan al pueblo.

miércoles, 14 de diciembre de 2011

De Talamantes a las Peñas de Herrera.

Hace dos fines de semana fui a Talamantes. Pero no llegué allí atravesando el Moncayo. Acudí desde la Ribera del Jalón, con mis amigos del club de Montaña Rodanas de Épila en una excursión programada a las Peñas de Herrera. Tenía mucho interés en esta andada porque aun no había recorrido el sendero que sube desde el pueblo hasta las Peñas y me habían hablado muy bien de él. Hoy ya puedo corroborar que es una preciosa excursión.

La propia llegada al pueblo sobrecoge. Tan perdido en las montañas, tan alejado del Huecha. Como cantara el poeta Ángel Petisme “Donde acaba la carretera”. Acurrucado bajo los pinares que descienden de la Tonda, protegido por las ruinas de su castillo templario y teniendo por horizonte los altivos peñascos calizos de Herrera.

La vista desde el caserío es engañosa. Las faldas de las Peñas se ven absolutamente deforestadas, pobres pastizales y cascajares protegen su acceso. Sin embargo, la parte intermedia del barranco de Valdeherrera es preciosa. Junto al pequeño arroyo nos adentramos en un carrascal donde abundan los acebos, poblados de sus características bolas rojas. Se respira humedad a pesar de la sequía de este otoño. Nos desviamos a la fuente del Despeño, a la sombra de unos acebos enormes.

Luego salimos del bosque y alcanzamos la base de las enormes Peñas de Herrera. Los buitres alzan el vuelo. Alcanzamos el collado abierto entre las paredes de dos de las Peñas. Allí nos esperaba mi padre que había subido desde Purujosa. Nos alzamos hasta la Peña más alta en donde encontramos un pequeño aljibe excavado en la propia roca, testigo mudo de aquel antiguo castillo de Ferrellón, que protegiera la frontera entre Aragón y Castilla hace 600 años. Las vistas son sublimes.

En la bajada todavía nos quedó tiempo para coger setas. Sergio se fijó en tres magníficos ejemplares de parasoles (macrolepiota procera). Rebozados están buenísimos. Hacía tres años que no degustaba esta delicia culinaria. Desde luego, puedo decir, que esta excursión me dejó un buen sabor de boca.

domingo, 11 de diciembre de 2011

La ciudad no es para mí

Este domingo en el programa cine de barrio emitieron la clásica película La ciudad no es para mi (1966). Su visionado me trasladó por un momento al Moncayo. Y no solo porque su protagonista, el añorado Paco Martínez Soria, naciera en sus faldas, en la ciudad de Tarazona, donde hoy día un parque honra su memoria. Sino por el mensaje que transmite la cinta: La exaltación de lo rural en detrimento de lo urbano.

En cuanto historiador, me interesa analizar las películas en su contexto histórico. La película refleja el fenómeno del éxodo rural de los años 60, fruto del Plan de Estabilización económica que permitió una mecanización agraria y un crecimiento industrial, es decir, un excedente de mano de obra agrícola y una demanda de mano de obra industrial que se tradujo en una emigración masiva de los pueblos a las ciudades. En ese contexto, se produjo una demonización de los rural identificándolo con atraso. Es significativo que la Real Academia de la Lengua defina “rural” como sinónimo de inculto y tosco.

Sin embargo, esta visión peyorativa del campo tiene raíces más antiguas. Podríamos retrotraernos al siglo XIX, a la literatura costumbrista que dio lugar al “baturrismo”, donde se recurría al tópico de la testarudez y llaneza del aragonés para narrar una historia humorística o moralizante.

En este film se unen ambos conceptos (éxodo rural y baturrismo) pero reinterpretándolos. Paco Martínez Soria, como buen aragonés, sabe reírse de si mismo logrando, gracias a su mordaz socarronería, cambiar los papeles y que el supuesto “paleto del pueblo” sepa dar muchas lecciones a los urbanitas que reniegan de sus raíces. Detrás de ese acento cerrado, se esconden sabías palabras. Yo tampoco reniego de mi acento, al contrario, lo llevo con orgullo, seña de la tierra que me vio nacer, lo cual no me resta ni un ápice de retórica a la hora de rebatir cualquier argumento.

La secuencia inicial es magistral: imágenes aéreas de calles atestadas de coches, el ruido del tráfico, los problemas para aparcar, la ausencia de árboles, pasando por la deshumanización de las relaciones sociales, personas anónimas que se cruzan en pasos de cebra, mientras una voz en off nos explica que en la ciudad hay muchos supermercados y bancos, pero de crédito, no para sentarse. La escena final, no desmerece, el regreso al pueblo del protagonista, donde es recibido por una ronda jotera. Lo dicho, esta película me traslada al Moncayo, me transporta al pueblo.

viernes, 9 de diciembre de 2011

Nidada en la ermita de San Roque de Calcena

Hace un tiempo hablé de una pareja de colirroyos que había anidado en nuestro balcón (ver aquí) La pareja sacó adelante un polluelo pero tristemente su nido fue destruido. Probablemente se trató de algún temporal de viento dado que su acceso no era sencillo para los depredadores. Esperemos que el año que viene vuelvan a anidar en nuestra casa.

Esto me recuerda un descubrimiento que hicimos en el avituallamiento de la ermita de San Roque de la última Calcenada de Otoño; un nido en una curiosa ubicación: En la antigua pila de agua bendita del templo. En su interior había un solitario huevo.

Los pajaricos entrarían por las ventanas enrejadas que tienen las puertas, convirtiéndose en un auténtico bunker donde sacar su nidada adelante. Sin embargo, los animales no contaban con la presencia de los senderistas. No vimos entrar a los pajarillos en toda la jornada. Sin duda, perdieron su nidada. Como diría el científico: “ejemplo mesoescalar de interferencia antrópica en el proceso de selección natural”. A ver si el año que viene tienen más suerte.

martes, 6 de diciembre de 2011

Adiós Fernando.

Que paradojas tiene el destino. Si en la anterior entrada del blog hablábamos de la longevidad de los vecinos de Purujosa, hoy es preciso hablar justamente de lo contrario, de la tristeza por una perdida. El adiós a un vecino.

Fernando no era nacido en Purujosa pero era un purjosano más. Le gustaba venir a las montañas. Amaba este pueblo. ¡Cuantas rondas han cantado debajo de la parra de los "tapiceros"! En una comunidad tan pequeña, donde todos nos conocemos, la perdida de un vecino genera una honda melancolía. Costará acostumbrarse a su ausencia por las empinadas calles del pueblo. Desde aquí quisiera mandar un fuerte abrazo a su viuda, familiares y amigos. Nuestro ermitaño, el Padre Francisco, rezará por Fernando.

viernes, 2 de diciembre de 2011

Purujosa, pueblo longevo, pueblo de centenarios.

Se da una circunstancia en esta localidad de la Cara Oculta del Moncayo que es del todo peculiar: Que en un pueblo tan pequeño, donde aun en su periodo de máxima expansión demográfica apenas supero los 400 habitantes, y que en la actualidad tan solo hay medio centenar de vecinos censados, haya tal proporción de personas centenarias.

La semana pasada Saturnino Lumbreras, padre de Aurelio, Lucio, Obdulia y Maribel, cumplió 100 años. A pesar de achaques propios de esa envidiable edad, nos cuentan que goza de una buena memoria. Lo celebró con sus familiares, bisnietos incluidos. Ya su hermano, Cecilio Lumbreras, gozó de una saludable longevidad, cantando jotas con más de 90 años. No son los únicos. La madre de Damián y abuela de nuestro amigo arandino Vicente, Concepción Pérez Orte, tiene 103 años. Y la madre de Pedro y Luís, Gabina Pérez Ibáñez, también cumplirá muy pronto la simbólica cifra de 100 años.

Tres personas con más de cien años en un pueblo tan pequeño es algo excepcional. El Ayuntamiento de Purujosa entregó en su día una placa conmemorativa a Concepción y lo mismo hará con los otros dos afortunados centenarios. Verdaderamente, me gustaría hablar con ellos, entrevistarlos y que me contarán anécdotas de su vida en Purujosa. Dejar testimonio escrito de su memoria. Ya lo dijo el sabio: “Un anciano que muere, es una biblioteca que arde”.

martes, 29 de noviembre de 2011

Fuente y Balsa de la Costera.

El otro día descubrí un rincón maravilloso. Aunque el verbo “descubrir” resulta completamente presuntuoso. Ese rincón llevaba allí toda la vida y los vecinos de Purujosa lo conocían de siempre. Yo mismo había oído hablar muchas veces de él pero nunca me había acercado a verlo. El otro día visité la fuente y balsa de la Costera.

Mientras nos acercábamos el sonido de agua nos indicó que a pesar de la sequía que arrastrábamos, el manantial había movido mucho. Un regacho cruzaba el camino y junto a él la rectangular balsa, todavía muy bien conservada y naturalizada por el paso del tiempo, con todas sus piedras cubiertas de musgo chorreando hilos de agua. El agua mana en abundancia justo encima de la balsa, por encima el cauce del barranco está seco aunque más arriba se vuelve a oír el agua. De hecho, parece que el manantial viniera de las cavidades que se abren en la muela de Beratón.

La balsa se conserva relativamente bien, algo enronada pero no pierde agua. En tiempos permitiría regar las tablas que hay barranco abajo. Verdaderamente, sería muy sencillo instalar un tubo que permitiera beber agua con más facilidad. Desde luego, es un lugar sugerente. En este árido sistema Ibérico, todos los lugares donde corre el agua, deberían ser cuidados con cariño.

domingo, 27 de noviembre de 2011

Recogiendo setas pieazules y un asta de ciervo

Este fin de semana era verdaderamente propicio para ir a buscar setas. Después de las lluvias aun no había llegado el frío. Corrían rumores de que poco a poco iban cogiendo setas. No muchas, pero si las suficientes para darle un gusto al paladar.

Cuando llegamos a Purujosa la escarcha de la mañana dejaba las huertas cubiertas de una fina capa de hielo. No era un buen síntoma. Sin embargo, la mañana se templó. Los geranios del balcón no se habían helado y allí sentado en el solanar sobraba la chaqueta. Fuimos a la fuente de la Costera y desde allí ladeamos a través del pinar y de antiguas tablas yermas, descendiendo hacia Peñacerrada. Unos perros ladraban incansables desde el fondo del barranco. Los habían perdido los cazadores, tras una batida en la que cayeron 10 jabalís. Como nos habían advertido, no vimos ningún rebollón. En cambio, llenamos media cesta de pieazules (lepista nuda). Regresamos al calor del hogar sabiendo que esa noche íbamos a degustarlos junto a unas setas de cardo que nos había regalado José Luís.

Lo cierto es que tuvimos suerte. Llevábamos un rato con la cesta casi vacía cuando debajo de una carrasca vimos un pieazul. ¡Alto! ¡Todo el mundo al suelo! Sabemos por experiencia que las setas en general y los pieazules en particular crecen en grupos. Nuestra vista se acostumbró y progresivamente empezamos a ver bultos en la hojarasca del suelo. Cada prominencia del terreno ocultaba un pieazul, formando un círculo de más de 5 metros de diámetro. Entre ese y un par de seteros más, llenamos media cesta.

Sin embargo, el bosque aun quería depararnos una última sorpresa. Mi mirada se posó en una rama peculiar caída sobre suelo. Me acerqué a ella y comprobé que no se trataba de una rama. Acaba de encontrar un asta de ciervo. El hallazgo me llenó de alegría. En el pueblo se rumoreaba que había ciervos en la espesura del bosque pero yo nunca había visto ningún indicio de su presencia. Hasta ahora.

Este nuevo hallazgo pasará a formar parte de nuestra pequeña colección, junto a una gran asta que encontré en los montes de Albarracín, y una asta pequeñita que encontramos en el desescombro de la casa, con una perforación para utilizarla de colgador.

Hoy he pasado toda la mañana estudiando en el balcón, disfrutando del Sol y los 18ºC de temperatura. De regreso a la ribera, me aguardaba un día gris, niebla y 12ºC menos. Adiós montañas, adiós.

lunes, 21 de noviembre de 2011

Anulado el permiso de ocupación de la mina de Borobia

La luz de la razón ilumina las noches más oscuras. La semana pasada, se produjo una victoria jurídica de los opositores a la mina de magnesitas en Borobia. La dirección general de Energía y Minas ha estimado el recurso que presentó la asociación Carrabilla reconociendo las irregularidades en el proceso de ocupación de los terrenos mineros. El activista y presidente de la asociación Fernando Lampre entiende que esta resolución deberían conllevar el inicio completo del proceso, retrotrayendo los trámites hasta la situación en que se encontraban en 2004.

El propio director de la empresa MAGNA, José Antonio Yereguí, reconoció que la anulación del permiso de ocupación de los terrenos supondrá un retraso. Del mismo modo, el sindicato agrario UAGA ha valorada la sentencia como una victoria dado que la empresa MAGMA se ve imposibilitada a recurrir a la expropiación forzosa de los terrenos (ver fuente)

Ahora, cuando nos pregunten que cómo va la mina de Borobia, ya no diremos que la situación está paralizada, diremos que ya hemos tenido una primera victoria jurídica y que los tramites administrativos tienen que comenzar de nuevo. No obstante, seamos prudentes, solo hemos ganado una batalla pero la guerra será larga.

viernes, 18 de noviembre de 2011

Amanecer entre nieblas

El domingo cuando me levanté para ir a la Calcenada todavía era noche cerrada. Me asomé al balcón para ver las estrellas y me llevé una sorpresa: El valle estaba cubierto de nieblas, apenas se veía el cabezo de enfrente y vaporosas nubes se colaban por el barranco de la Virgen. Este es un espectáculo poco usual en Purujosa, donde las nieblas no son frecuentes.

Cuando salí a por el coche comenzaba a clarear y curiosamente, observé que hacia el norte no había nieblas. La muela de Beratón tomaba unas tonalidades rojizas al calor de los primeros rayos del alba. Me giré hacia mi casa y aun pude observar un telón de fondo de neblinas que jugueteaban a esconder el Raso. Lamentablemente, las fotografías no reflejan la idílica estampa que quedó grabada en mis retinas, pero ayudará a que la imaginéis.

lunes, 14 de noviembre de 2011

Calcenada de Otoño 2011.

Ayer fue la Calcenada de Otoño. Aunque las previsiones de participación eran menores que en otras ocasiones, al final se superaron los 1.000 participantes. La prueba sigue teniendo mucho gancho y gran repercusión.

El sábado fuimos a descargar el avituallamiento a la ermita de San Roque y dejamos el tiracañas enfriando para que al día siguiente las cervezas estuvieran bien fresquitas. A la cena acudió Fernando de Oseja, el cual ya se ha convertido en un colaborador habitual de la prueba, cosa que nos alegra. También estaban Mariano, Vicente y Jacinto, amigos de Purujosa, que iban a estar al día siguiente en el avituallamiento del Santo. Esa noche, fui agraciado en el sorteo de premios y me fui a dormir con una plancha nueva. Comenzaba esta Calcenada con un golpe de suerte.

El domingo a las 8 de la mañana acudí a Calcena, recogí a Paola y Luís, que estaban dirigiendo el tráfico de vehículos que genera la llegada de los senderistas, y nos subimos al Puerto de la Crucija, donde se ubica el 2º avituallamiento de la prueba. Allí, escondidos en una densa niebla, estaban el resto de los compañeros del avituallamiento. La llegada de los participantes, saliendo de la niebla, era fantasmagórica. Cómo dijo Alberto: “Parecen hordas de orcos en las tierras de Mordor”. Enchufé el radiocassette y la voz atronadora de Labordeta hizo que levantaran las tinieblas, saliese el Sol y que algún andarín se animara a cantar.

Luego bajamos a la ermita de San Roque y decoramos el lugar: Dos banderas de Aragón, una tocinera de la Peña el Ribazo y un cartel de “Plutocracia No, Democracia Si” que hacía juego con mi camiseta de indignado. Sin embargo, mi camiseta no podía competir con la de algún participante canino, con jersey de punto y dorsal incluido.

Como siempre, al comienzo la llegada de participantes fue fluida, lo cual permitió conversar con amigos que participaban. Un rato charraba con Vicente de Borja, que había venido con la familia. Después cogía capazo con Toñín de La Almunia y su novia Elena. Al rato recibía cariñosas felicitaciones por la labor de este blog, lo cual me llena de orgullo. También estuve con Felix de Tarazona, el cual me regaló una cariñosa dedicatoria fotográfica que comparto con vosotros.

Sin embargo, llegó un momento de agobio, en el que se formaron largas filas para recoger las cervezas. Los del tiracañas iban agobiados. Las chicas repartían conguitos y no paraban de gritar: ¡mas cajas de conguitos!. Yo intentaba derivar al personal hacia la mesa de los Aquiarius pero a la gente le tira mas el zumo de cebada. No obstante, al final, los voluntarios pudimos disfrutar de una cervecita relajada, acompañada con longaniza. Nos dio tiempo de hacernos una foto de familia y hasta de disfrazarnos.


¡Que no se diga que no somos el avituallamiento más marchoso!

P.D: Más fotos en la entrada del blog de mis amigos de la Peña el Ribazo

viernes, 11 de noviembre de 2011

Excursión barranco Cuartún - Barranco la Virgen.

Hace dos fines de semana volví a salir de excursión con mi amigo Fernando de Oseja. Si la semana anterior habíamos ido a fotografiar los arces de la Hoya del Pi, en esta ocasión quería ir a ver los arces que hay en una de las laderas que descienden hacia el Boquero de Peñacerrada, desde el Tolmo. La senda señalizada del Parque Natural “S3 Barrancos de Purujosa” permite recorrer este rincón.

Aunque lo cierto es que los arces habían tirado ya muchas horas, la excursión sirvió para que tomara notas y tiempos para así poder describir esta ruta, con una pequeña variante: el corto ascenso al Tolmo; donde se obtiene una peculiar vista del caserío de Purujosa.

Hablando de esta excursión con mi padre, surgió en la conversación un topónimo verdaderamente sugerente: La solona los aceres. Recordaré que en Purujosa al arce (acer monspessulanum) se les denomina acere. Muy probablemente, esa ladera que desciende de Cerrogordo, antes de las repoblaciones estuviera poblada de esos arboles. Tendré que ir un día allí. Pero esa será otra historia. De momento os dejo la excursión circular: Cuartún – Barranco de la Virgen.

martes, 8 de noviembre de 2011

Dora, la nueva guardiana del refugio.

Hasta ahora, la cariñosa Cuca era la guardiana del refugio. Pese a su modesto tamaño, esta perra ratonera no dudó en alertar cuando unos cacos entraron en el pueblo hace unos años. Desde este momento tendrá una nueva compañera: Dora.

Dora es un labrador de pelaje negro azabache. La ha bautizado así Juan Carlicos, en honor a una serie juvenil que le debe gustar mucho. Llegada desde las frías sierras sorianas, la perra ya se ha bañado en las aguas del Isuela. Ya tenemos una nueva habitante en Purujosa, una vecina canina. ¡Guau!

lunes, 7 de noviembre de 2011

Primera nevada de la temporada 2011/12

Este fin de semana hemos tenido el primer temporal otoñal del año. Muchas horas de lluvia, muchos litros que hicieron que los barrancos de Valcongosto y Valdeplata movieran. Además, la cota de nieve se situó en torno a los 1.500 metros y eso hizo que viéramos de nuevo la nieve desde Purujosa después de muchos meses. El Tablao, el Cabezo la Atalaya y la Muela de Añon amanecieron blancas. Bienvenida sea toda el agua y la nieve, que buena falta nos hace. Aun deberemos limpiar las cestas y afilar las navajas, puede que salgan setas.

sábado, 5 de noviembre de 2011

Artículo Heraldo: Un aprendizaje de Altura. Máster Medicina Montaña

Antes de ayer, en el suplemento de los jueves de Heraldo de Argón “Un país de montañas” volvía a aparecer Purujosa. Las dos paginas centrales estaban dedicadas a la celebración en la Cara Oculta del Moncayo del segundo módulo del Máster de Medicina de Montaña. Junto a la información, aparecían 4 fotografías: de la maqueta de Purujosa, del Tolmo la Cina, del caserío y de los integrantes del Máster en el puente de la Ujosa de Calcena, junto al helicóptero del 112.

Precisamente, en el artículo firmado por los directores del Máster, la Dra. Nerín y el Dr. Morandeira, se explicaba la importancia del helicóptero en las prácticas dado que este módulo estaba centrado en las misiones de los helicópteros de los servicios médicos de emergencia.

El reportaje, está colgado en la web de la Federación Aragonesa de Montañismo. Podéis descargarlo en este ENLACE

martes, 1 de noviembre de 2011

Internet rural: Conexión en Purujosa

Por fin, después de mucho tiempo, el albergue de Purujosa dispone de una buena conexión a Internet. Sin duda, el siglo XXI será el siglo de las telecomunicaciones, perder el tren de Internet rural, suponía detenernos en la estación del olvido, abandonar el viaje al progreso.

A Purujosa no llega red telefónica. Tanto el teléfono como la marquesina del Internet del albergue funcionan mediante satélite. Sin embargo, la señal del satélite durante estos años ha sido absolutamente deficitaria. La Diputación Provincial de Zaragoza instaló la marquesina pero se olvidó del mantenimiento de la infraestructura, por lo que en la práctica continuábamos igual de aislados que antes. Las gestiones del ayuntamiento condujeron a la firma de un nuevo contrato a través del satélite Hispasat que ha subsanado el problema y en la actualidad en el albergue hay conexión de 1 mb.

Ahora, el siguiente proyecto es instalar una red WIFI gratuita que permita la conexión desde otros terminales, incrementando los megas de velocidad de descarga. Evidentemente, el caserío de Purujosa tiene una notable extensión espacial por lo que será difícil que la señal alcance a todas las viviendas pero todos los progresos en esta dirección serán positivos para la localidad.

viernes, 28 de octubre de 2011

Calcenada de Otoño 2011 en Heraldo de Aragón

Ayer jueves, en la portada del suplemento Aragón, un país de montañas, del Heraldo de Aragón aparecía una noticia referente a la próxima celebración de la Calcenada de Otoño 2011. Adjuntaba la noticia una fotografía de la pasada edición que se caracterizó por un tiempo lluvioso y otoñal. Esperemos que este año los participantes tengan más suerte.

jueves, 27 de octubre de 2011

Colores otoñales

Pese a la grave sequía, ha llegado el otoño. En las ladera, entre los carrascales de un verde homogéneo, destacan cual fogonazos, las copas rojizas de los arces de Montpellier (Acer monspessulanum). En Purujosa a estos árboles se les denomina “aceres”. Es curioso observar como este localismo ha preservado mejor que el castellano la palabra latina original. Al igual que con los arces, los guillomos tienen su propia denominación local: “vareas”. El cabezo de Purujosa, frente al caserío combina los colores anaranjados de estos arbustos con los rojos de los pequeños arces que luchan por crecer en la dura roca caliza.

La escasez de lluvias nos ha impedido salir al monte a recoger setas pero el otoño da mucho más de sí. El mero placer de pasear bajo las copas rojizas de los arces o el hecho de admirar desde lo alto la variedad cromática de los bosques, bien merecían que saliese al campo.

El sábado, tras pasar la mañana en el Encuentro de espeleólogos en Calcena, me fui a pasear por los huertos y la chopera hasta el molino alto. Aunque los chopos no habían adquirido aun tonalidades amarillentas, el suelo estaba cubierto ya de hojas muertas. Después proseguí a media ladera hasta la fuente, viendo como el atardecer teñía de rojo las paredes de la Muela los Aliagones. Mientras anochecía aun me acerqué hasta las fuentes del Reajar, donde sorprendí a un altivo corzo.

Al día siguiente quedé con mi amigo Fernando de Oseja y lo llevé al que es para mí uno de los itinerarios otoñales más bonitos que se pueden realizar desde Purujosa: La ascensión a la Hoya del Pi y el descenso por el baco. de Matarranas. No obstante, su belleza es similar a su aislamiento, sin sendas, sin pistas, la Hoya del Pi está perdida. En la carretera pasamos junta a unas nogueras que tienen unos mojones pintados de blanco junto a ellas. Es una manera de señalar que esas nogueras siguen teniendo dueño, una señal para que no se lleven las nueces en estos días otoñales.

Nada más cruzar el cauce del río encontramos una vieja senda que gira a la izquierda en sentido descendente hasta la desembocadura del barranco de la Hoya el Pi. En ese punto hay una bifurcación; la senda principal se sale del barranco por la izquierda para ir a los campos abandonados de La Planilla. Nosotros remontamos el cauce del barranco en un auténtico bosque de arces, una auténtica selva de colores rojizos que nos hace avanzar casi arrastrar. Cuando los jóvenes arces crezcan este será uno de los bosques más bonitos de la región. Cuando el barranco se abre sobrepasamos dos grandes arces y llegamos a la Hoya, es decir, el llano donde estaban las tablas de cultivo.

Tras ascender hasta el cabezo y obtener unas fantásticas vistas sobre Purujosa, bajamos al seco del barranco de Matarranas. Desde sus laderas descienden bosques donde cohabitan carrascas, quejigos, cerezos, arces, rebollos, etc. Junto al ancho cauce de gravas crecen grupos de fresnos.

Volvemos de nuevo a la carretera tras haber disfrutado de una hermosa mañana de caza fotográfico de vivos colores otoñales. Si noviembre llegara con lluvias, aun habría tiempo de disfrutar del otro placer otoñal: las setas.

Más fotografías del otoño en el este álbum: OTOÑO PURUJOSA 2011