Tras el éxito del año anterior, nuestro incansable colaborador y buen amigo Goyo Hueso, vuelve a organizar un taller de fotografía nocturna que sin duda logrará de nuevo promocionar este bello rincón de la cara oculta del Moncayo que ofrece un marco perfecto para dicha especialidad fotográfica.
Un año más, el curso estará dirigido por el experto fotógrafo nocturno Martín Zalba, quien ha elaborado la guía para los interesados en el curso que adjuntamos en la fotografía inferior (para ampliar clicar sobre la imagen).
Una auténtica oportunidad poder disfrutar de un curso de nivel tan elevado en nuestro pueblo. Ya estamos deseando que de comienzo y poder disfrutar de las maravillosas fotografías que captarán los profesionales.
Hace casi un mes que terminaron las fiestas de San Ramón, tiempo suficiente para echar la vista atrás y recordar los buenos momentos vividos. El viernes fue un día muy entretenido con el paso de la Vuelta ciclista a España, la posterior merienda popular donde todo estaba riquisimo y como fantástico colofón el espectáculo de rancheras y corridos que retumbaron en la noche purjosana.
Al día siguiente fueron las jotas las que alegraron la velada, en una ronda con menos paradas que en otras ocasiones. A diferencia de la jornada anterior, el sábado se contabilizó menos gente que en años anteriores. Pero eso no fue obstáculo para que la ronda recorriese las calles de la localidad. Especialmente emotiva fue la jota coral de la "habanera de Ejea" bajo la parra de la casa de los tapiceros, una canción que se ha hecho tremendamente popular en los últimos años.
Tampoco podían faltar las jotas de picadillo con los mozos rondando a las mozas asomadas al balcón. Joaquín se animó también a interpertar una jota del cancionero de su paisano lumpiaquero Joaquín Yus:
El cuarto donde yo duermo
Es un cuarto tan pequeño
que solo puedo dormir
cuando tengo poco sueño.
Y después de rondar a mover el esqueleto en la discomóvil presidida por el gran cartel de "PURUJOSA" que había hecho Antonio y con el buen servicio que prestó nuestro amigo Florentín detrás de la barra. Aunque no se lo creía, nuestro amigo Fernando de Oseja pudo comprobar como la fiesta purjosana se prolonga hasta el amanecer. Unidos los paisanos y foranos : amigos joteros que repiten cada año, vecinos de valle como los compañeros de Calcena y escaladores que se dejan caer atraídos por la música que llega lejana hasta el píe de las paredes. Pocos pero valientes.
Y por supuesto, no podemos olvidar los actos religiosos, destacando la procesión de San Ramón y posterior sorteo de roscones que iluminan de felicidad el rostro de nuestro ermitaño, el padre Francisco.
Y ahora a esperar a que pase el invierno para que vuelva la Fiesta. Pero entretanto, disfrutaremos de las setas, bailaremos junto a las hogueras de Santa Lucía y tantas cosas que nos deparara el futuro.
Algo tienen las cuestas del Moncayo que atraen a los ciclistas. Sus bosques, barrancos, desniveles y curvas son un reclamo para los amantes de las dos ruedas. Un marco de incomprable belleza para prácticar un deporte que cada vez cuenta con más adeptos.
En el 2016 se cumplirán 15 años desde que se inició una prueba que ya es un referente en el calendario amateur de la mountain bike. La Calcenada reune a cientos de ciclistas (algunos años muchos más de 1.000) de distintas nacionalidades que comparten pedaladas a lo largo de 104 Km. dando la vuelta a nuestra montaña totémica.
A principios de agosto, como cada año, los voluntarios de Purujosa nos encargamos de atender el avituallamiento del Alto del Tablao, el collado a casi 1.400 metros que hace de frontera entre Aragón y Castilla. El puerto más duro de la prueba lo fue todavía más por la lluvia y el viento que llevó a muchos bikers a darse la vuelta. Los voluntarios en cuanto pasaron los ciclistas nos fuimos al merendero del río Isuela a almorzar y después todavía nos dio tiempo a ver la llegada de los primeros ciclistas a la meta. Recuerdo de aquel día son las fotografías y vídeos que realizó nuestro amigo Goyo y que adjuntamos en la entrada.
Como un guiño del destino, un mes después de que pasaran los ciclistas amateur, llegó el turno de los profesionales. La serpiente multicolor de la Vuelta a España recorrió los valles del Moncayo, casi en un recorrido paralelo de la Calcenada, cambiando el polvo de los caminos por el asfalto de las carreteras.
En Purujosa, Antonio desplegó una gran pancarta que luego presidiría las fiestas mientras Goyo grababa un vídeo a su paso por la localidad. Otros optamos por situarnos en las cunetas del puerto de Beratón, catalogado de primera categoría, aunque todos reconocíamos que era más bien un segunda. Vecinos del valle, amigos de Calcena y otras localidades proximas compartimos jornada, pintamos en el asfalto los nombres de los favoritos y aplaudimos al paso de los escapados y el pelotón.
Toda una experiencia que promociona el Moncayo como Territorio a pedales. EDICIÓN:Después de ver pasar la vuelta ciclista desde la cuneta y viendo en el televisor la crisis de los refugiados que huyen de la guerra, uno se acuerda de Gino Bartali: ciclismo y valores. Doble ganador del Tour y salvador de 800 judíos. Instrumentalizadas sus victorias por el fascismo, su verdadera historia en la resistencia fue un secreto hasta después de su muerte. Sirva esta entrada y el vídeo que adjuntamos a continuación como pequeño homenaje a a un gran campeón sobre ruedas que fue un ejemplo de solidaridad y altruismo.
Ningún ciclista subió un puerto más duro que él.
Posted by PlayGround on Miércoles, 9 de septiembre de 2015
Nos contaba nuestro amigo Antonio en las fiestas de San Ramón los recuerdos de infancia que tenía de aquella era. Recordaba a su abuelo trillando y al él de zagal haciendo trastadas a los mulos. Y por supuesto, en su mente infantil quedó guardada la imagen de las formas geométricas del suelo. Era una era como las demás, con un fin utilitario (facilitar la trilla) pero al mismo tiempo sabía que estaba ante una era única, bella y excepcional por el diseño de su suelo.
Esas estampas en la memoria de un niño permanecían en el subconsciente del hombre adulto. Antonio sabía que esa era seguía allí, debajo de zarzas, hierbas y tierra. Ahora que estaba más tiempo en Purujosa, una vez arreglada su propia casa, ¿Por qué no hacer feliz al niño que todos llevamos dentro? De este modo, de manera voluntaria, hizo realidad su sueño de recuperar la era de su infancia. Y de este sueño infantil nos beneficiaremos todos ante el deleite visual que supone contemplar desde el "barandao" de la plazuela de San Ramón, la era que Antonio ha rescatado del olvido.
La era en realidad son dos eras unidas, con dos formas circulares unidas y dos diseños geométricos diferenciales, el del extremo derecho radial y el de la izquierda en rectángulos. Las piedras también son diferentes, losas en este último caso frente a las piedras en canto de la era radial. Sin embargo, el conjunto resulta armonioso.
Nuestro amigo David de Talamantes visitó recientemente el pueblo y enseguida la era llamó su atención. No deja indiferente. Así, desde la asociación rural Sierra del Moncayo se hicieron eco de la noticia y ya han publicado la fotografía superior en las redes sociales. Ahora el objetivo es preservar la era para que nuevas generaciones de niños fijen sus ojos en las curiosas formas del suelo dejando volar su imaginación. Solo así evitaremos que vuelva a ser victima del inexorable paso del tiempo.
Hace exactamente un año tuvimos la oportunidad de vivir una maravillosa experiencia estética en la Iglesia del Salvador de Purujosa. Un recital poético siempre es un placer sensible para los sentidos, pero si además tiene lugar en un marco donde se complementan la belleza natural y rural, el disfrute todavía es mayor.
En espera de que en un futuro podamos repetir la experiencia, la poetisa Milagros Morales nos envía otro poema inspirado en Purujosa, testimonio de tantos pueblos que luchan contra el abandono y la despoblación. Disfrutad con sus versos, que llegan al alma:
Me resisto a morir
a que dejes de amarme
y el olvido arañe mis paredes
hasta sucumbir entre añoranzas.
Me rebelo contra mi propia realidad
de pueblo deshabitado,
alzado entre riscos
que ya no alimentan.
Mis insomnios de luna
me traen tus palabras,
tus besos, tus promesas
y yo no quiero que llegue la luz
que destapa mi techumbre desaparecida
y mis balcones al vacío.
No es gran cosa lo que pido
sólo sentirme hogar.
-Milagros Morales-
Leo las hermosas palabras de Milagros y no puedo sino recordar a otro poeta querido por todos: José Antonio Labordeta. Aquel que se hizo universal cantando al abandono de su tierra: "En los muros crece hiedra y en las plazas no hay solanas, contra la lluvia y el viento, se golpean las ventanas". Releo el poema de Milagros, luego escucho la canción de Labordeta, pienso en las casas que poco a poco van perdiendo sus tejas, aquellas que ya no verán risas de niños entre sus muros y me entristezco. Pero luego pienso en aquellos tejados que se han arreglado, en los hogares que se han salvado del olvido del tiempo y sonrío con esperanza. No todo está perdido.