Vivencias y pensamientos sobre la ruralidad y la vida en el campo desde Purujosa pueblo casi deshabitado a la sombra del Moncayo.

sábado, 30 de noviembre de 2013

Obituario a Teodoro Pérez Bordetas. Adiós amigo.

Esta es la crónica que nunca quise escribir, aunque tuviera la fatídica certeza de que lo haría. Un escalofrío ha recorrido mi ser cuando lo he leído en el periódico. Que manera tan fría de recibir la más gélida de las noticias. Ha muerto Teodoro Pérez Bordetas.

Teodoro fue un gran dibujante. En sus gráciles trazos recogió buena parte de Aragón. En sus acuarelas retrató el polvo, niebla, viento y sol de su tierra, las piedras que erigieron sus gentes en forma de caseríos, villas y aldeas.


De un tiempo a esta parte fui amigo de Teodoro. A ambos nos unía en nuestra particular biografía un nexo en común, un punto en el mapa llamado Purujosa. En los tiempos de la República su padre fue destinado como maestro a Purujosa, de ahí que buena parte de sus recuerdos infantiles discurrieran por sus empedradas calles, sus fríos inviernos y noches estrelladas. Primero nos carteamos vía e-mail y luego me invitó a su hogar. Allí traspasé la frontera del artista y de su obra, para conocer a la persona y su ser. Y fue entonces cuando descubrí que la calidad humana de Teodoro era todavía mayor que la calidad de sus cuadros. En las agradables tardes que pasé en su compañía siempre se mostró amable y cercano. Él junto a su esposa Amelia siempre tuvieron sus recuerdos prestos para mi curiosidad. Y haciendo gala de una memoria asombrosa, fue compartiendo conmigo retales de su pasado. Pienso en la viveza con que recordaba el agua helada dentro de casa en enero o su alegría al contarle que algunos de aquellos niños con los que compartió pupitre seguían pisando las calles de Purujosa, aunque fueran ya ancianos.


Al abandonar Zaragoza, perdí el contacto con Teodoro. Hacia muchos meses que ya no nos carteábamos y desconocía su empeoramiento de salud. La nieve cubre los tejados de Purujosa y el cierzo golpea las contraventanas de las viejas ruinas que pueblan sus callejones. Parece como si el invierno que tanto impresionó a aquel niño, quisiera darle también su último adiós.  El Moncayo llora su ausencia en forma de copos blancos. Observo con melancolía la acuarela que me regaló de Calcena, acaricio el lomo del libro que me dedicó y una sonrisa se dibuja en mi cara al recordar la alegría juvenil que sintió cuando le regalé el libro que escribimos de Purujosa. Siempre llevó el pueblo de su infancia en el corazón. Así lo describe Miguel Caballú en su obituario.  


Nos abandona el cuerpo, pero el recuerdo de su bondad permanecerá con nosotros. O como dijo Jorge Manrique en el siglo XV “Aunque la vida perdió, dejonos harto consuelo su memoria”. Adiós amigo.

Desde aquí hago extensible el duelo de Purujosa a sus familiares y amigos.

Obituario en el blog de dibujo: De vuelta con el cuaderno.
Entada en el blog: Téodoro Pérez Bordetas y Purujosa (29 julio 2010)

martes, 19 de noviembre de 2013

Crónica Calcenada de Otoño 2013

Al pasar por el puerto de la perdiz la nevada arreciaba pero al llegar a Purujosa la ventisca había dado paso a la lluvia, regalando la nieve de los tejados. Aun así, el tiempo era muy desapacible, lloviendo sin parar. Para combatir el frío de la noche, en la cena de la Calcenada, sirvieron una sopa caliente que junto al vino templaron el cuerpo de los asistentes y los dispusieron para bailar con el grupo de animación de baile y discomóvil que prolongaron la fiesta hasta entrada la madrugada. Un buen pretexto para juntarnos amigos y conocidos en una velada de hermanamiento.

El día D, a la hora H del inicio de la prueba, jarreaba sobre los participantes. Eso hizo que algunos cientos de los inscritos se lo pensaran y no tomaran la salida pero otros tantos no se desanimaron ante las inclemencias. Por fortuna, el tiempo mejoró, aunque el ambiente era frío para los que estábamos quietos en el avituallamiento durante horas.Al menos en la ermita de San Roque disponemos del porche que nos protege del aire y hasta un hogar para entrar a calentarnos un poco. Y por supuesto, la música de Labordeta, La Bullonera y Victor Jara. Aunque este año el equipo musical nos dio algunos problemas. Aunque en realidad la gente no viene por la música sino por la cerveza y el tiracañas si que funcionó a pleno rendimiento, con el apoyo de dos barmans de reconocido prestigio en la comarca como son Fernando de Oseja y Antonio de Calcena. 

Siempre es un placer coincidir con amigos, Paco de la comarca, los andarines de Illueca como Picachu con su perro y Manuel con su zagal, los compañeros de Borja (Dimas, Vicente y José Mari) con quien tan buenos ratos hemos compartido, hablando de la andada de Burren y de mis vínculos malleneros, Silvia que trabajó en protección de incendios o Vicente de Aranda que subía a Purujosa a dar vuelta y paró a saludar. Estos y otros fueron alegrando la mañana con sus visitas hasta que la prueba se dio por concluida.

Entonces vino Kike, que amablemente hizo varios viajes con el Landrover para evitarnos tener que cargar con los barriles de cerveza y tiracañas hasta la carretera. Eso sin contar con el "tour" que nos hizo por el medio del cauce del Isuela, para demostrar que esos cacharros suben por cualquier lado. 

No querría terminar la crónica sin tener un recuerdo para el Alma mater de la Calcenada: Mariano Miguel, que por motivos de salud no pudo estar con nosotros pero al que todos llevamos en nuestros pensamientos, deseándole una pronta recuperación para que pronto vuelva a disfrutar de esta que es su prueba. 

Otrás crónicas de la Calcenada:

domingo, 17 de noviembre de 2013

Primer temporal de nieve y lluvia de la temporada.

El sábado amaneció nevando en Purujosa. La ventisca blanqueó el cabezo y los tejados del pueblo. Sin embargo, al mediodía la nieve dio paso a la lluvia, regalando lo que había cuajado. Distinto fue en Beratón, donde tuvo que pasar la quitanieves aunque se formaron ventisqueros en el descenso del puerto hacia Purujosa.

Hoy de nuevo llovía a las 6 de la mañana y ha continuado jarreando durante unas horas. En total han sido 30 litros en 36 horas, lo cual ha hecho que muevan los barrancos. Valconsgosto llegaba hasta la carretera y Valdeplata bajaba hasta con royada.
Barranco de Valdeplata

Esto se ha traducido en el incremento del caudal del río Isuela. En el aforo de Trasobares se ha multiplicado por 5 en 24 horas, llevando ahora 1´16 metros cúbicos por segundo.

Y las previsiones siguen marcando lluvias para los próximos días. Precipitaciones que serán bienvenidas, pues buena falta hacen.

martes, 12 de noviembre de 2013

Crónica VII Jornadas Micológicas Purujosa 2013

A las 10 de la mañana nos fuimos congregando en el albergue del pueblo. Mientras, Mariano y Tomás se subían con el todoterreno municipal a abrir la pista del pinar. Allí pusieron un cartel donde se indicaba que el camino que se interna en el Parque Natural estaría abierto hasta las 3 de la tarde. Teníamos toda la mañana para explorar los pinares.

Tomamos un café para templar el cuerpo de un frío amanecer, al tiempo que saludamos a los visitantes que venían. Unas amigas de Chodes a las que Jesús “El Herrero” les había recomendado las Jornadas, gente que repetía como Toñín de La Almunia (un fijo ya en estas fechas otoñales) o nuevos visitantes que dejaron su tierra levantina por Aragón (un abrazo Rai y compañía). Unos y otros (Ya perdonaréis que no recuerde todos los nombres) nos organizamos para usar el menor nº de vehículos posibles y nos encaminamos a la Sierra.

Para la mayoría era una salida al campo novedosa, no conocían el terreno. De ahí la importancia de intentar elegir un buen sitio para disfrutar de la mañana. El collado de Aparapuercos es un muy buen sitio para las setas, pero los vecinos del pueblo lo conocen. Al llegar ya había un coche. Fue José Luis, que estaba esperando a los cazadores en la carretera, quien nos recomendó ir al Refugio Cerrogordo. Su consejo fue acertado.

Al pasar por la Fuente del Tajo vimos aparcado el coche de nuestro amigo Andrés de Tarazona. Él, como buen conocedor del Moncayo, no necesita guías.  Por la tarde, en la exposición de ejemplares, nos contaría que su elección para buscar tampoco estuvo nada mal. Solo por las vistas de los cantiles de los “Peñones” de la Muela de Añón merece la pena.
Muela de Añón desde Cerrogordo. Fotografía de Rai.

En Cerrogordo aparcamos y tras visitar el refugio libre, iniciamos nuestra exploración ladera abajo. Unos optamos por una vertiente de la loma y otros por la otra. En ambos casos, la gente salió contenta. Todos encontraron rebollones, junto a otros ejemplares para la exposición: numerosos pie de perdiz, algunas amanitas phalloides que vinieron muy bien para ilustrar su potencial peligrosidad, setas de los caballeros que sirvieron para explicar su curiosa historia y actual clasificación como No comestible (aunque algunos vecinos de Purujosa siguen degustándola), senderuelas,  rusulas, etc. Incluso este año hubo en la exposición un Boletus Pinicola.
Variedad en la cesta. Fotografía de Rai.

Al mismo tiempo, mi padre estaba con el micólogo José de Uña en la vecina localidad de Beratón. Un lugar que lleva fama por las setas de cardo pero que ellos admiran por unas manchas de pinos que son uno de los mejores lugares para fotografiar una de las setas más bonitas y con más leyendas del reino fungi: La Amanita Muscaria.

Por la tarde se habilitó el zaguán porticado de la Iglesia para hacer la clasificación de especies. Pepe de Uña, con toda su erudición, fue catalogando las especies con su nombre científico, explicando sus características como el olor, etc. Allí aparecieron recolectores que habían ido de manera individual. Los de Calcena, con Felix a la cabeza habían cogido también una gran cantidad de setas.
Exposición micológica. Fotografía de Rai.

Después nos trasladamos al interior del templo para ver la proyección de diapositivas y la brillante charla sobre “setas medicinales”. A mi lado se sentaba Vidal, que con gran acierto me dijo al oído “Cuanto adelanto nos llevan en medicina natural Japón y China”. En verdad, los hongos tienen infinidad de aplicación y un enorme potencial aun por explotar en nuestra región.


Enseguida bajamos al albergue donde nos esperaba la cena-degustación donde al final el aforo se completó. Fue una velada de hermanamiento y confraternización. Kike y Antonio subieron de Calcena, Isidoro, Martina, José y otros vecinos de Beratón, el Pintor de Illueca con su señora, etc. En nuestra mesa, lo mismo preguntábamos a Juan por las setas de su tierra rumana, que Vicente contaba una anécdota de las I Jornadas micológicas o Andrés nos hablaba de sus aventuras por el Circo de Morca y Valdemanzano.

Desde aquí aprovecho para felicitar a Esteban, Bea, Edurne y toda la gente del albergue por agasajarnos con tan excelentes manjares. En cualquier restaurante, un menú degustación que incluyera un plato de lomo de ciervo con boletus (por no nombrar por ejemplo, la excelente sopa de setas) hubiera costado más del doble y probablemente no hubiera estado tan exquisito.



Luego vino la sobremesa donde el propio Andrés o Azucena tañeron la guitarra para acompañar rancheras, jotas, Labordeta, La Bullonera o Joaquín Sabina. Y la música nos acompañó en la ronda hasta “Casa de los de Ejea” donde amablemente invitaron a recenar y a continuar la fiesta que suponen las Jornadas Micológicas de Purujosa.

miércoles, 6 de noviembre de 2013

Envenenamiento mortal por Amanita Phalloides en Ólvega

Ahora que se aproximan las Jornadas Micológicas de Purujosa, no está de más recordar el peligro del mundo de los hongos. Para ilustrarlo, la triste noticia del fallecimiento en la vecina localidad moncaina de Ólvega de un hombre que consumió la temible amanita phalloides. Seta que por otro lado, es muy común en el Moncayo.

Mucho cuidado y dedicación para aprender a distinguir bien los hongos comestibles. Jornadas micológicas como las de este fin de semana son una magnífica oportunidad para aproximarnos al reino fungi y valorar un mundo que va más allá de de la gastronomía, siendo el marco perfecto para la fotografía de naturaleza o incluso para iniciarse en la medicina naturalista. 

En todo caso, excusa perfecta para perdernos en la naturaleza y aprender de ella, de sus maravillas y de sus peligros. 

Fuente noticia aquí: Heraldo de Soria. 

Las Cuevas de la Muela de Añón.

La Muela de Añón cierra el paisaje desde lo alto del caserío de Purujosa. Sin embargo, desde la lejanía no se observan las oquedades que se abren en sus escarpadas paredes. Tampoco hay senda que llegue a las mismas. Será el espíritu de aventura el que nos llevé a abandonar los caminos y descubrir sus encantos. 

Ya en 1991 Jesús Vallés en su mítica Guía Montañera del Moncayo (Ed. SUA) recomendaba visitar estos cantiles. Además, enumeraba y daba nombre a las cuevas que la pueblan, la de Sauco, de las Brujas, de la Abuela Petra, la Ancha, la Estrecha, etc. Entre todas, destaca omnipresente la cueva de los Pilares. Grandioso conjunto de arcos producidos por la erosión cual pilares arbotantes de una catedral de la naturaleza. Desde arriba, la silueta de un quebrantahuesos otea el horizonte. Es un señuelo instalado para citar a los jóvenes quebrantahuesos pirenaicos en expansión.
Estos días he observado en las redes sociales fotografías de estos parajes, como en el Facebook de la Asociación Senderistas del Huecha, con un álbum bajo el sugerente título de Las catedrales del Morrón. También el blog Mons Canus ha ilustrado una de sus entradas con la imagen superior que adjuntamos.

Todas estas referencias han despertado una inquietud en mi ser, deseando volver a sentir estas paredes en la cercanía íntima del caminante y no en la lejanía fría tras el cristal de la ventana. Volver a fotografiar sus cuevas para ponerles nombres hoy casi olvidados. Recordar aquellos años de descubrimiento y exploración.
Muela de Añón. Abril del 2002