Este pasado fin de semana estuve en Beratón disfrutando de su fiesta celta. Como ya me ocurrió el pasado verano, me alegré enormemente de ver la vitalidad del pueblo más alto de Soria y ese revivir que ha experimentado, desde la señalización de sus senderos locales a la apertura del refugio. Además, la buena gestión de su bar, que se ha convertido en parada obligatoria de caminantes y viajeros.
Allí, pudimos conversar con Vicente, Rosa, Florian, Isidoro y Pedro. Siempre es un placer hablar con amigos del otro lado de la raya. Muchos de ellos bajaban a Purujosa cuando ellos no tenían servicio de restauración y ahora ocurre al revés y nos acogen con la misma hospitalidad que fueron acogidos aguas abajo.
En el bar estaba todavía colgado el cartel de la reciente reunión informativa que tuvo lugar para debatir sobre la posible creación de un parque natural en el Moncayo. Varios me preguntaron por nuestra experiencia al otro lado de la raya. En mi caso, lo tengo claro y así lo he argumentado en reiteradas ocasiones en el blog: Si queda una mínima oportunidad de supervivencia de esta zona será gracias al turismo y la figura de protección es una marca que genera dinámicas turísticas. Es decir, si Calcena/Purujosa, pese a su alejamiento de las vías de comunicación, reciben turistas, es en parte por el atractivo que supone para el visitante conocer un Parque Natural, es decir, un espacio que tiene en virtud de esa figuración de protección, un alto valor ambiental y paisajístico. Luego está el aprovechamiento local que se de a esos recursos, pero la figura de Parque Natural fomenta su promoción, depende de los agentes locales lograr o no su explotación.
Luego por supuesto que hay muchas dinámicas del parque que serían mejorables (y también lo he manifestado aquí en ocasiones) dado que a veces parece que se prioriza la supervivencia de determinadas especies animales obviando que la especie que dio lugar a este paisaje (pastos, dehesas, etc.), el ser humano, es el que está en verdadero peligro de extinción en el Parque. Muchas cosas se deberían hacer mejor (feedback con los agentes locales, desarrollo turístico, equilibrio entre las diferentes localidades que forman el parque, etc.) pero ello no es un problema per se del Parque, sino de la gestión que se hace de ese parque.
Miremos a otras regiones que nos llevan muchas décadas de ventaja como en el Pirineo y aprovechemos su experiencia para sacar lo positivo de su modelo y no caer en los errores que ellos cometieron.