A pesar de que la vertiente soriana del Moncayo ha sufrido especialmente la deforestación, todavía perserva rincones donde pasear a la sombra de los árboles. Remontar el valle del Isuela desde Calcena, pasando por la escarpada Purujosa, es una experiencia automovilística de incursión en los carrascales, pinares, acantilados calizos y bosques de ribera. Luego alcanzas Beratón, el pueblo más alto de la provincia de Soria y el paisaje se transforma, recorres la meseta cerealista hasta llegar a un lugar mágico, el prado de la Dehesa de Cueva de Ágreda.
Aunque aun no presentaba colores otoñales, siempre es un placer pasear entre los inmensos rebollos, a la orilla del arroyo, especialmente en estos días de otoño donde el suelo está tapizado de bellotas. Cada vez que soplaba el cierzo, caían decenas de bellotas en el suelo y jugábamos a recogerlas.
El rebollo (quercus pirenaica) es una especie que aparece sobre suelos siliceos y que ha sufrido especialmente la deforestación, por lo que la mayoría de los ejemplares que encontramos en la Sierra del Tablado son rebrotes de raíz de ancestros cortados a mata rasa. Aunque es posible que cada vez más bellotas vayan germinando de manera natural,no nos resistimos a contemplar el bello espectáculo de la naturaleza y observar en nuestro vivero el origen de la vida para soreprendernos de cómo esos enormes árboles que nos dan sombra nacieron hace siglos de unas bellotas tan pequeñas.