Vivencias y pensamientos sobre la ruralidad y la vida en el campo desde Purujosa pueblo casi deshabitado a la sombra del Moncayo.

martes, 15 de octubre de 2019

bellotas de otoño.

A pesar de que la vertiente soriana del Moncayo ha sufrido especialmente la deforestación, todavía perserva rincones donde pasear a la sombra de los árboles. Remontar el valle del Isuela desde Calcena, pasando por la escarpada Purujosa, es una experiencia automovilística de incursión en los carrascales, pinares, acantilados calizos y bosques de ribera. Luego alcanzas Beratón, el pueblo más alto de la provincia de Soria y el paisaje se transforma, recorres la meseta cerealista hasta llegar a un lugar mágico, el prado de la Dehesa de Cueva de Ágreda. 


Aunque aun no presentaba colores otoñales, siempre es un placer pasear entre los inmensos rebollos, a la orilla del arroyo, especialmente en estos días de otoño donde el suelo está tapizado de bellotas. Cada vez que soplaba el cierzo, caían decenas de bellotas en el suelo y jugábamos a recogerlas.


El rebollo (quercus pirenaica) es una especie que aparece sobre suelos siliceos y que ha sufrido especialmente la deforestación, por lo que la mayoría de los ejemplares que encontramos en la Sierra del Tablado son rebrotes de raíz de ancestros cortados a mata rasa. Aunque es posible que cada vez más bellotas vayan germinando de manera natural,no nos resistimos a contemplar el bello espectáculo de la naturaleza y observar en nuestro vivero el origen de la vida para soreprendernos de cómo esos enormes árboles que nos dan sombra nacieron hace siglos de unas bellotas tan pequeñas.

jueves, 10 de octubre de 2019

Cueva de los Ladrones de Purujosa

La cueva de los Ladrones es a día de hoy una gran desconocida para la mayoría, pero no fue así en el pasado cuando los pastores recorrían estos barrancos y aprovechaban cada covacho para sus ganados.

Escodinda entre las laderas del barranco de los Ladrones, en cuya cabecera aun pervive una mancha de quejigos a modo de bosque-isla, resulta difícil de localizar, escondida entre vegetación, aunque en el pasado, el petril de su entrada nos indique su uso pastoril.

Pesea sus pequeñas dimensiones,es una cavidad peculiar, alargada, alta y estrecha, con un conjunto de formaciones de coladas que le da un especial atractivo.
Sin duda, un rincón por descubrir de esta cara oculta del Moncayo.