Vivencias y pensamientos sobre la ruralidad y la vida en el campo desde Purujosa pueblo casi deshabitado a la sombra del Moncayo.

viernes, 7 de septiembre de 2012

Crónica XI Encuentro comarcal de Mujeres


Este mes de septiembre ha empezado con fuerzas en el nido de águilas moncaino. Si hoy nos preparamos para dar inicio las fiestas en honor a San Ramón, el fin de semana pasado tenía lugar en Purujosa el XI Encuentro de mujeres de la comarca del Aranda.

A las 10 de la mañana estaba en el albergue. Tomás me invitó a desayunar. Hacía días que no coincidíamos y me contó sus peripecias por el barranco de Valdeplata, sus problemas de riego en el huerto, etc. También me alegré de ver a Miguel Ángel dado que sus obligaciones familiares lo tienen recluido en la ciudad condal. Pronto empezaron a llegar los autobuses. Para mí era una ocasión especial porque a mi condición de vecino, había que sumar mi profesión de guía en la comarca. Iba a ser todo un privilegio, y a la vez una responsabilidad, mostrar los encantos que tanto me enamoran de Purujosa a las 200 visitantes que teníamos. Por suerte, mi compañera Dori, con su veteranía en estas lides, iba a estar apoyándome en todo momento. De este modo, maestra y aprendiz enchufaron sus micrófonos y comenzaron la visita guiada por las calles de Purujosa.

Junto al Ayuntamiento se había preparado un vermut y allí ubicamos geográficamente el municipio, sus características naturales, las anécdotas en torno al semáforo, las fiestas que se celebran, etc. Algunos elementos nos ayudaron a complementar la explicación. Por un lado, el Mayo cortado nos sirvió para remarcar el hecho de que la tradición de pingar el Mayo todavía pervive en el pueblo. A su vez, nos acompañaron en la visita la familia francesa aficionada a la ornitología que periódicamente visitan nuestro pueblo. Fueron ellos quienes nos dijeron “si alzamos la mirada, veremos volando hacia el sur una bandada de grullas”. En sus días de vacaciones habían fotografiado águilas reales, ratoneros, alimoches, etc.

En la Iglesia explicamos brevemente los orígenes de la localidad, desde el documento de donación al monasterio de Veruela en 1177, a la permuta con Bulbuente en 1247, lo que le llevo de nuevo a ser patrimonio regio hasta su adhesión al patrimonio de los Luna. También sintetizamos los elementos artísticos de la Iglesia, destacando el retablo mayor de 1650. Jesús y Esther agradecieron la visita a las mujeres a ritmo de jota. Una mujer de Mesones también se animó a cantar. No obstante, la representación más numerosa con diferencia era la de mujeres de Calcena. El Padre Francisco no pudo estar presente pero desde Calcena subió Nicolás Sebastían para realizar los oficios religiosos.

Tras la misa continuamos la visita por la calle castillo (señalando la antigua ubicación del torreón defensivo) y la calle colladillo donde se había preparado otro tentempié. A continuación bajamos a la ermita donde explicamos tanto la leyenda del Emperador Constantino como las antiquísimas referencias documentales del siglo XII. Regalamos un díptico explicativo sobre la restauración de la talla románica y de nuevo Esther, ahora acompañada por nuestro amigo Vicente de Aranda, cantaron los gozos a la Virgen, grandísima muestra del folklore musical de nuestra comarca.

Las mujeres, al ritmo que marcaba la charanga, bajaron a comer al merendero del río. Yo comí en el albergue junto a Miguel Ángel de Jarque (presidente de la comarca) y los amigos de protección civil y de la Cruz Roja. Durante la comida nos enmudecimos oyendo el relato de Mariano, alcalde de Calcena, sobre el terrible incendio q asoló hace unas semanas Valdeplata y La Tonda y que él vio en primera línea. 

Me contaron que tras los cafés siguió la fiesta en el albergue. Los vecinos del pueblo, como es norma los días de alegría, cantaron muchas jotas, las mismas que cantaremos esta noche de nuevo.

Quisiera agradecer a Fernando Ruiz, amigo de Calcena, por cedernos las fotografías que acompañan esta crónica.

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