Una ventaja la España vaciada es que el contacto humano lleva siendo muy
limitado desde antes de la cuarentena provocada por el coronavirus.
Así, estos días en Purujosa sólo residen un matrimonio y el ermitaño que
está de normal recluido en su ermita. Así, este matrimonio nos ha
permitido a los que estamos aislados acercarnos virtualmente al
nacimiento del Isuela que lleva un alto caudal después de las abundantes
lluvias de la semana pasada. Un manera de pasear virtualmente a través
de la ventanda de nuestros ordenadores.
En el siguiente vídeo vemos el río a su paso por el merendero de Purujosa, donde podemos apreciar el verde primaveral que han aportado estas lluvias junto a las tardes calurosas. Además, Fina nos cuenta que una oveja y su cordero se han acercado hasta el casco urbano. La naturaleza se apodera ante la ausencia de humanos, algo que en la Cara Oculta del Moncayo ya sabíamos desde hace tiempo.
Justo antes de la cuarentena Joaquín también había hecho un paseo al nacimiento del Isuela desde el merendero de Purujosa, a través del camino que lleva al molino alto y desde allí por el sendero de la antigua acequia, que se limpió hace poco. En su paseo pudo comprobar como la brigada va a seguir abriendo este sendero-acequia aguas abajo y también encontró a la orilla del río unos ejemplares de acebo, que como sabemos, aparecen dispersos en distintas partes del valle.
Adjuntamos una foto de Joaquín de la famosa Chopa del Tío Román, árbol monumental, testigo de aquellos chopos cabeceros de los tiempos en que las vigas de las viviendas se hacían con los maderos del terreno. En cuanto no se hacen las labores de escamonda, los árboles suelen enfermar pero en este caso, el ejemplar presenta un estado de conservación muy saludable.
En fin, esperemos que estas imagenes hagan más llevadero el confinamiento.
¡Todo va a salir bien!
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