Vivencias y pensamientos sobre la ruralidad y la vida en el campo desde Purujosa pueblo casi deshabitado a la sombra del Moncayo.

martes, 10 de abril de 2012

Semana Santa 2012: Nieve, Arco Iris y viaje a Ágreda

Ha terminado una grata Semana Santa. Este año asistí a pocos oficios de carácter religioso pero no me quise perder el Vía Crucis del viernes. La bienvenida lluvia impidió que se realizara por las calles del pueblo pero aun así fue sobrecogedor oír al Padre Francisco relatando las estaciones de la pasión acompañadas de las de plegarias cantadas por Esther y los dos Jesús. A ritmo de jota. Si en Andalucía cantan saetas, aquí nuestro canto de oración es la Jota.

Mientras realizábamos el Vía Crucis, la lluvia se transformó en nieve. Aunque no cuajó en el pueblo, las montañas se blanquearon en plena floración primaveral. Isidoro contó que en Beratón se acumularon tres dedos en la calle. Sin embargo, por la tarde salió el Sol y la nieve regaló.

También me quedó tiempo para bajar a Calcena y saludar a los amigos del pueblo de al lado. Pero en esta ocasión no trasnoché, el sábado me esperaba una excursión matinal: Me desplacé a tierras sorianas, bordeando el Moncayo, hasta la preciosa localidad de Ágreda, barbacana de Castilla. Rafa, compañero historiador, me había invitado a la inauguración del sendero PR-SO 20 que recorre el Cañón del río Val.

Más de 200 senderistas participamos en la actividad. Lo cierto es que el paraje bien merecía la visita, los chopos cabeceros acompañan el discurrir del río entre encajonadas laderas. En el denominado “Pozo de las truchas” el agua se precipita en una bonita cascada. Todo el itinerario está perfectamente balizado, varios puentes salvan el cauce en distintas ocasiones y los pocos tramos con desnivel son salvados mediante escaleras, algunas incluso talladas en la roca.

No obstante, más allá del paisaje, lo verdaderamente apasionante de la excursión fue la compañía; un auténtico encuentro transmoncaino. Allí coincidimos Rocio y su marido Manuel, de Encanto del Moncayo; Pilar y David, de Talamantes, Félix de Tarazona, conocido de las Calcenadas y Jesús Bona, otro enamorado del Moncayo. Amigos a través de la red de redes que por fin compartimos camino en nuestro querida montaña.

De regreso a Purujosa disfruté del crepitar de los leños ardiendo en el hogar. La mera contemplación de las llamas combustiendo la madera que se transforma en brasas supone un espectáculo hipnótico. Cuando los árboles se convirtieron en cenizas salí al balcón. Contemplé como la tormenta se deshacía y me despedí de la montaña.

3 comentarios:

  1. La imagen del río me recuerda mucho a uno de mi pueblo, me gusta pasear cerca escuchando el sonido del agua.
    Y también me gusta mucho mirar le leña mientras arde, es hipnótico, como tú lo describes...
    ¡Abrazos!

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  2. Por cierto, la imagen del arco iris es preciosa, espectacular.

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  3. Tuve suerte, me asomé al balcón, lo ví y fuí corriendo a por la cámara de fotos. Y si, el fuego tiene algo mágico, igual recordamos aquellos tiempos en que vivíamos en cuevas y el fuego era el que regía la vida de la comunidad.

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