Vivencias y pensamientos sobre la ruralidad y la vida en el campo desde Purujosa pueblo casi deshabitado a la sombra del Moncayo.

miércoles, 23 de mayo de 2012

Sobre romerías, gatos, tormentas y placeres hogareños.

Hacía mucho tiempo que me rondaba un plan en la cabeza. Todos los años, los vecinos de Talamantes cruzan la sierra del Moncayo en romería para acudir a la ermita de la Virgen de Constantín, sita junto al pueblo de Purujosa. Una bella tradición que ha preservado con cariño en el pueblo. Mi intención era cruzar el viernes la sierra, subiendo por Valcongosto hasta el Collado de las Estacas, de allí por los altos hasta el collado del Campo, y descender por Valdetreviño hasta Talamantes. Vivaquear junto a la ermita románica de San Miguel y al día siguiente unirme al grupo de romeros para remontar Valdeherrera hasta las Peñas de Herrera y volver a Purujosa por el GR-90. Sin embargo, las previsiones meteorológicas no eran buenas, y decidí posponerlo para otra ocasión. Desde luego, algún año lo haré.

Los de Talamantes fueron más valientes y si cruzaron la sierra. Tenéis una crónica de la romería en el blog del Centro de Estudios Borjanos (clicar AQUÍ). Yo observaba a los senderistas desde lo alto de Purujosa. Con el catalejo podía ver como se hacían fotografías en el Pilón de la Leche. Ante el mal tiempo pasé el fin de semana en casa. A ratos leía junto al hogar, al calor de la lumbre. Cuando me cansaba bajaba a la replaceta para intentar amaestrar a los gatos que hacen ronda por las calles del pueblo.

El sonido de la campana de la ermita llegaba hasta el Castillo. El padre Francisco estaría en ese momento junto a la Virgen de Constantín, dispuesto a iniciar la homilía. Las oropéndolas recién llegadas desde África volaban sobre el río. Por la tarde, los truenos sustituyeron a las campanas. Desde el balcón veía la lluvia caer sobre la montaña. Un aire frío bajaba desde los collados. Entré en casa, me serví una copa de vino junto a un trozo de queso y abrí un libro. Y pasando las páginas me encontró la noche. 

2 comentarios:

  1. La lumbre, las campanas, la lluvia... "Y pasando las páginas me encontró la noche".
    Magnífico.
    La foto del gato en la ventana es perfecta, preciosa, bellíiisima.
    Un abrazo Ramiro.

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  2. Si, en cuanto vi el contraluz desenfundé la cámara :)

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