Vivencias y pensamientos sobre la ruralidad y la vida en el campo desde Purujosa pueblo casi deshabitado a la sombra del Moncayo.

miércoles, 9 de febrero de 2022

La escuela-bosque.

 Hace unos días leí un artículo en el periódico digital eldiario.es que llevaba por título "Cuando el aula del cole es un bosque". Allí se analizaba el proyecto de cooperativa educativa de Ulle (Huesca) basado en el aprendizaje libre en la naturaleza. Dicho artículo me generó sentimientos encontrados porque en cuanto docente de la enseñanza pública, creo la enseñanza normalizada universal es la base de una sociedad más igualitaria porque garantiza mismos derechos y obligaciones al conjunto de sus ciudadanos. Ahora bien, también entiendo el surgimiento de las iniciativas de escuela-bosque en un contexto de creciente urbanización y por tanto de alejamiento de la naturaleza.

 

No obstante, en cuanto niño rural que fui, creo que fue perfectamente compatible la vida silvestre tan necesaria en la niñez (excursiones, cabañas, etc.) con la asistencia a las clases igualmente necesaria en mi formación como persona. Simplemente compaginábamos mañanas de libros y tardes de paseos y juegos. Ello unido al hecho de que mis padres siempre me llevaron al bosque y mi abuelo me llevaba al campo. Parece pues que estamos delegando en la educación una responsabilidad que antes era familiar e inidividual dando preferencia a ir a jugar a la calle frente al ordenador y a pasar más tiempo de calidad con nuestros hijos.

Sin embargo, yo me estoy refiriendo a una etapa de la infancia más avanzada en la que comienza a forjarse la autonomía personal. En cambio, la asociación educativa mochuelos, nacida en 2018 en el Alto Aragón, está dirigida a la etapa de educación infantil, previa a los 6 años y aquí es cierto que sino se dan por parte de las familias en sus periodos de ocio (cada vez más escasos por el ritmo de vida que llevamos) los niños tienen un alejamiento total del campo. Más dudas, insisto, me generan estos modelos en etapas superiores.

 

¡Que feliz nos hiciste!
 

Precisamente en nuestra comarca tuvimos un pionero en la defensa de proyectos de renovación pedagógica orientados en esta línea. Nos estamos refiriendo a Juan Salanova, autor del libro "La escuela rural" y que a comienzos de los años ochenta tuvo un serio enfrentamiento en la localidad de Mesones por enseñar clases de sexualidad a los niños. El tiempo dio la razón al compañero libertario. Y pienso que la solución pasa precisamente en acercar la naturaleza a las aulas ordinarias, algo que no es nuevo como acabamos de ver: Huertos escolares, salidas al entorno del centro, etc. son propuestas que tuvieron mucho auge en los años 80 (fruto de las ansias de libertad tras la dictadura) pero que la rigidez curricular amordazaron.Alcanzar un equilibrio entre contenidos teóricos (esenciales para crear hábitos de estudio, trabajo) y experiencias prácticas tan imprescindibles para esa otra inteligencia emocional y sensorial tan necesaria en la formación integral de la persona.

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