Vivencias y pensamientos sobre la ruralidad y la vida en el campo desde Purujosa pueblo casi deshabitado a la sombra del Moncayo.

jueves, 21 de abril de 2022

Proyectos eólicos amenzan de nuevo el Moncayo

 El Moncayo, a pesar de sus valores ambientales, ha sufrido numerosas agresiones antrópicas: incendios, talas, contaminación hídrica, minería y también molinos eólicos. Resulta chocante que en lo alto de la Sierra del Tablado, a 1.700 metros de altura, se alcen esos gigantes, por encima de un valle de paredes calizas donde anidan, entre otros, el quebrantahuesos y el alimoche. Siempre pensé: "ahora esto no se haría". Lo reconozco, soy un ingenuo. 

El alza de los precios de los hidrocarburos (¡Malditas guerras y malditos los que las provocan!) y el calentamiento global ha impulsado una "transición verde" mal entendida que se está convirtiendo en objeto de especulación y ganancias para unos pocos y perdidas para la mayoría. No estamos en contra de las energías verdes, de hecho, somos los que siempre las hemos defendido. Ahora bien, somos conscientes de que estas también tienen afecciones y por tanto requieren una regulación, como requieren una protección ciertos espacios naturales. 

 

Esta semana salió a información pública en el boletín oficial de la provincia de Zaragoza un proyecto de instalación de 70 aerogeneradores en el entorno del Moncayo. En el mapa que adjunto, a la izquierda en rosa oscuro aparece el área del Parque Natural del Moncayo y a la derecha, en color crema/naranja la ZEPA (Zona de Especial Protección para las Aves) de la Sierra de la Nava Alta. Justo en medio, una serie de puntos rojos que representan molinos y que de aprobarse harán de barrera entre estos dos espacios naturales. Un uso racional de los recursos llevaría a crear un corredor ecológico entre ambos espacios protegidos. Aquí en cambio, instalamos una barrera mortal para las aves. Estamos ante un atentado ecológico en toda regla, auspiciado para más vergüenza bajo el mal llamado paragüas del "desarrollo verde".

David Lamana de Talamantes. Luchador infatigable.
 

Porque el problema es de raíz: El capitalismo consumista busca un desarrollo y consumo continuó en un planeta con recursos finitos y eso es insostenible ecológica y socialmente. Las energías verdes son parches coyunturales a un problema estructural que no tiene otra solución que cambiar el modelo socioeconómico y apostar por un decrecimiento y una mejor distribución de los recursos. Lamentablemente, el mundo sigue mirando en otra dirección y el individualismo está inoculado en nuestro subconsciente de tal manera que lo que en tiempos de Félix Rodríguez de la Fuente hubiera tenido una movilización social inmediata, ahora se afronta con indiferencia. No hay más que ver la perdida de militancia y de influencia de las organizaciones ecologistas y sindicales desde los tiempos del "Hombre y la Tierra". Así nos va.


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