No hace mucho tiempo me carteé con mi ya amigo Vicente Chueca. O mejor dicho, debería decir, me ciber-carteé. Las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación (TIC´s) han traído innumerables ventajas, sin duda, pero ha sustituido algo tan tierno y emotivo como era el hecho de escribir una carta a mano, pasar la lengua para humedecer el adhesivo o el abrir la carta de amor de tu amada, mientras hueles la fragancia de su perfume desprendida del sobre.
Ni que decir que el e-mail es más frío, más impersonal, si, pero mucho más rápido y práctico. Del intercambio de correos con Vicente, moncaino como yo, del vecino pueblo de Beratón y presidente del Instituto Aragonés de Antropología (IAA), surgió una reflexión. Hablando sobre el encanto de que en esta Cara Oculta del Moncayo aun queden lugares donde aislarte del mundo, donde los móviles no existen o tienen sentido, nos pusimos a pensar sobre las comunicaciones en el mundo rural.
El desfase que tiene el mundo rural respecto a las TIC´s es lo que yo denomino el segundo desfase de comunicaciones. Si a lo largo del Siglo XX se había producido un desfase en lo referente a las comunicaciones viarias (peores carreteras por menor densidad demográfica que conlleva menor uso y por tanto menor rentabilidad); el mismo fenómeno se esta produciendo en el Siglo XXI con los nuevos medios de comunicación (móvil e Internet) que conllevan un mayor aislamiento de los pueblos en un mundo que paradójicamente es cada vez es más globalizado.
Siempre he entendido las comunicaciones como un servicio social y por lo tanto deberían ser públicas. Las comunicaciones deberían ser un derecho, aunque evidentemente, no una obligación. Si alguien quiere aislarse solo tiene que apagar el móvil y no conectarse a Internet. Sin embargo, la política de ¿cohesión territorial? lleva diferentes velocidades según se sea urbanita o rural. Otra vez el mito de las dos Españas, aunque esta vez desde otra perspectiva. Los intereses económicos antepuestos a los intereses sociales, la fría ley de la oferta y la demanda que teóricamente los Estados deberían reequilibrar en pos de una redistribución equitativa. Que utópico suena este en el Siglo XXI a pesar de la sangre derramada en todo el siglo XX en pos de esta justicia social.
Al menos en Purujosa, tenemos el quiosco de la DPZ en el albergue que nos permite una cierta conexión a Internet y poder disfrutar de algunos de los videos que los visitantes del Nido de Águilas del Moncayo cuelgan en la red de redes:
P.D: Mi agradecimiento a Rocio de http://encantodelmoncayo.blogspot.com/ , blog que me permitió descubrir estos videos.
Hace 13 horas
Muchas gracias a tí por tu comentario, te dejé un pequeño mensaje. Espero leer muchos nuevos post en tu blog porque estoy segura que seremos muchos los que los seguiremos ;o).
ResponderEliminarSaludos!!
Rocío.