Vivencias y pensamientos sobre la ruralidad y la vida en el campo desde Purujosa pueblo casi deshabitado a la sombra del Moncayo.

lunes, 13 de febrero de 2012

Pilares votivos y el Pilón de la Virgen de la Leche

El año pasado el Centro de Estudios Borjanos, continuando la ingente labor que realiza por la divulgación del patrimonio histórico de su área de acción, editó un interesante libro dedicado a los pilares votivos, los peirones. Los peirones son el ejemplo de patrimonio artístico religioso más próximo a la cultura popular. Construcciones sencillas con unas raíces arcaizantes precristianas y unas tradiciones también muy peculiares.

El origen de los mismos es incierto. La raíz etimológica de la palabra peirón, que nos remite a piedra (pedrón – petrone – petra), nos señala su fin imperecedero, el objeto de perdurar en el tiempo, constituyendo para la comunidad que lo erige una obra importante. Parece existir una vinculación con la deidad romana de Mercurio, protector de los caminos. Es probable que los peirones constituyan una sacralización de estos precedentes paganos pero no existe ningún peirón documentado con tal antigüedad, siendo los testimonios más antiguos del siglo XVI. En cuanto a su funcionalidad, tendría una doble vertiente. Por un lado, constituiría un marcador espacial, un mecanismo de delimitación entre el espacio humanizado de la comunidad y el espacio exterior, salvaje, deshumanizado. Tampoco es baladí su ubicación en vías de comunicación, en caminos, cual faros para el caminante. Junto a esta función espacial, su carácter devocional es trascendental. Los peirones sacralizan un lugar y otorgan protección a los que a él se aproximan mediante la advocación del mismo.

En Purujosa se conserva un peirón: El Pilón de la Virgen de la Leche, y en la citada obra de Manuel Gracia Rivas y Pedro Domínguez, se recoge un amplio estudio del mismo junto a referencias de los otros dos pilares desaparecidos de la localidad; el Pilón de las Ánimas (que estaba junto a la carretera, en el camino a Beratón) y el Pilón de San Ramón (junto al albergue que hoy lleva su nombre).

A lo largo de 10 páginas (105 a 114) se recoge una plano con la ubicación de los tres pilares, una planta y alzado del Pilón de la Virgen antes de su restauración, así como varias fotografías del pilón antes y después de dicha remodelación, la cual se produjo en abril de 2010 como ya describimos en el blog (ver aquí).

Además incluye una interesante explicación del Pilón de la Virgen de la Leche, citando como es el único testimonio en la región del recurrente tema de “virgen lactante”, en la que aparece el niño mamando. Un culto que sobrevivió a pesar de la Contrarreforma. También recoge la tradición asociada al mismo de poner una vela los quintos que iban al servicio militar, así como los cultos relacionados con el Pilón de San Ramón, tanto la procesión para honrar su festividad como la protección de los animales efectuada en el mismo el día de San Antón.

Existe alguna pequeña errata como la mención de piedras cuarcitas, cuando el pilar está compuesto de piedras areniscas rojas y calizas grises, pero quitando estas salvedades es motivo de alegría que este pilón de la Cara Oculta del Moncayo quede recogido en una obra de divulgación científica.

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