Vivencias y pensamientos sobre la ruralidad y la vida en el campo desde Purujosa pueblo casi deshabitado a la sombra del Moncayo.

miércoles, 25 de abril de 2012

Mina de Borobia; comienza el expolio con la escolta de la Guardia Civil

La mañana del 16 de abril llegaron los mineros al pueblo de Borobia. Caminaron altivos, con arrogancia, cual caciques de tiempos pasados. Tiempos tristes que regresan. En el camino al Tablado un tractor les impedía el paso. Con prontitud se personaron varias dotaciones de la Guardia Civil, incluido un helicoptero que sobrevolaba la localidad de forma intimidatoria. Entraron en Borobia y desalojaron a los propietarios de sus fincas de la Sierra del Tablado. La entrada en esas propiedades tiene que contar con la autorización de sus legítimos propietarios u orden judicial. La omisión de dicha autorización vulnera la Constitución española y el Código Civil entre otros preceptos. En este Estado autoritario policial bajo la máscara de la falsa democracia, no hay leyes que valgan, la propia Constitución se vulnera continuamente; solo vale el poder del dinero, del poderoso; del gran empresario expoliador de recursos naturales, se llame REPSOL o se llame MAGNA. 

La cuestión ha llegado a Madrid, en concreto al Congreso de los Diputados donde Chesús Yuste de CHA (dentro del grupo de Izquierda Plural) ha formulado varias preguntas parlamentarias, respondiendo el Gobierno con evasivas. 

Desde ese día, en virtud de una solicitud de "uso excepcional de finca agrícola para la realización de una PRUEBA INDUSTRAL", han extraído 600 toneladas de mineral de las 1.000 que pretenden recoger. Los camiones con la sangre de la madre tierra huyen por el camino de Beratón, dejando tras de sí una estela de polvo y destrucción. Corren temerosos de los guardianes de la montaña. Con la cabeza gacha y el rostro tapado por el velo de la vergüenza. Con su escolta pretoriana de tricornio uniformado.

 La noche es oscura y fría en la sierra. Los truenos golpean el bosque cual tambores de guerra. El Moncayo se estremece ante la herida abierta. Un ciervo corta el horizonte a la luz de la luna. Desde lo alto, con sus cuernos mirando a las estrellas, observa al hombre. Y el ciervo llora. 

2 comentarios:

  1. Muchas preguntas en las cortes y poca acción. Tenemos lo que nos merecemos; ¿a quién le importa una tierra casi deshabitada?, a ellos no claro, pero lo triste es que no le importe a mucha gente cuyos abuelos se dejaron sangre, sudor y lágrimas en una tierra que lo más valioso que tiene es la pureza y riqueza de sus aguas y paisaje: RIP

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  2. Comparto tu indignación Francho.
    Abrazos.

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