Mientras
yo andaba por Valdeplata enfrascado en la Calcenada, mi padre no se libraba del
calor, subido al andamio arrejuntando las piedras de la casa que está arreglando
junto a nuestra vivienda. Recibió la visita de Jacinto, que amablemente le echó
una mano para subir material hasta la obra. Mientras descansaban, se fijaron en
el suelo: “¡Mira allí! ¿la ves?”
Una
hermosa culebra de escalera (Rhinechis scalaris). Su tamaño era considerable pero su coloración indicaba
que aun no había alcanzado el grado adulto pleno, es decir, aun crecerá más.
Hay que tener en cuenta que pueden llegar a superar el metro y medio de
longitud. Su denominación deriva del dibujo de su lomo, similar a una escalera
de mano, aunque los ejemplares adultos pierden las líneas horizontales,
conservando tan solo dos líneas negras paralelas. Este ejemplar que rondaba
junto a nuestra casa ya presentaba una decoloración acusada en las líneas
centrales.
La culebra de escalera es inofensiva, no posee veneno. Además, es la
única especie de su género y su distribución mundial se circunscribe a la
península ibérica y región mediterránea francesa. Aun sabiendo que no es
peligrosa y que depreda sobre las poblaciones de ratones, no me gustaría ir a
coger el pozal y encontrarme a esta vecina escondida entre las hierbas. El
susto sería grande.
Uy, no me gustaría nada encontrarme con ella, jajaja, ya me cuesta mirar las fotos, trato de no levantar la vista al escribir, ajaja
ResponderEliminarUn placer leerte, besosss
¡A mi también me dan mucho repelús eh! Un besico Marga.
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