Vivencias y pensamientos sobre la ruralidad y la vida en el campo desde Purujosa pueblo casi deshabitado a la sombra del Moncayo.

jueves, 17 de mayo de 2012

Mi vecina; la culebra de escalera.

Mientras yo andaba por Valdeplata enfrascado en la Calcenada, mi padre no se libraba del calor, subido al andamio arrejuntando las piedras de la casa que está arreglando junto a nuestra vivienda. Recibió la visita de Jacinto, que amablemente le echó una mano para subir material hasta la obra. Mientras descansaban, se fijaron en el suelo: “¡Mira allí! ¿la ves?”

Una hermosa culebra de escalera (Rhinechis scalaris). Su tamaño  era considerable pero su coloración indicaba que aun no había alcanzado el grado adulto pleno, es decir, aun crecerá más. Hay que tener en cuenta que pueden llegar a superar el metro y medio de longitud. Su denominación deriva del dibujo de su lomo, similar a una escalera de mano, aunque los ejemplares adultos pierden las líneas horizontales, conservando tan solo dos líneas negras paralelas. Este ejemplar que rondaba junto a nuestra casa ya presentaba una decoloración acusada en las líneas centrales. 

La culebra de escalera es inofensiva, no posee veneno. Además, es la única especie de su género y su distribución mundial se circunscribe a la península ibérica y región mediterránea francesa. Aun sabiendo que no es peligrosa y que depreda sobre las poblaciones de ratones, no me gustaría ir a coger el pozal y encontrarme a esta vecina escondida entre las hierbas. El susto sería grande. 

2 comentarios:

  1. Uy, no me gustaría nada encontrarme con ella, jajaja, ya me cuesta mirar las fotos, trato de no levantar la vista al escribir, ajaja
    Un placer leerte, besosss

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  2. ¡A mi también me dan mucho repelús eh! Un besico Marga.

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