Estábamos en el refugio libre de Armeña, en la base del
gigantesco circo glaciar del mismo nombre, charrando con un montañero de Ávila,
bastante mayor, con el que íbamos a compartir la noche cuando un teléfono sonó
en mi mochila. ¿Antes había cobertura? Yo que pensaba que estaríamos
incomunicados en medio de la montaña. Era Fernando de Oseja y venía a anunciarme una
terrible noticia: Se había declarado un incendio en el Moncayo.
Que paradojas. Minutos antes este montañero nos había estado
comentando sus experiencias en el Moncayo. Recordaba su ascensión en enero
desde Cueva de Ágreda como el día en que más frío ha pasado en la montaña,
mucho más que en las Montañas Rocosas canadienses o en las cimas de Nueva
Zelanda.
Dentro del saco de vivac no podía conciliar el sueño. Logré
sintonizar en el móvil Aragón radio y escuché el parte para estar informado
sobre lo que acontecía en mi querida montaña. A las 4 de la mañana la tormenta
nos despertó, tronaba y llovía: ¡Porque no había ido esa tormenta hasta el
Moncayo para sofocar su calvario!
Al día siguiente, a las 11 de la mañana hacíamos cumbre en
la cima del Cotiella (2.915 msnm.) uno
de los picos con mejores vistas de los Pirineos por su desplazamiento al sur
respecto al eje de la cordillera. Por encima de las nieblas que ascendían desde
los valles pudimos ver una oscura cortina de cenizas que abarcaba cientos de
kilómetros. Era la nube del incendio del Moncayo que llegaba hasta el Pirineo.
Un espectáculo tan triste como impresionante.
Por la noche cuando regresábamos a la civilización, pasando
por la Muela, se podía ver a lo lejos el resplandor rojizo de las llamas. En la
radio escuchamos a los dos Marianos, alcaldes de Purujosa y Calcena, dar sus
impresiones, diciendo lo triste que es ver un pino de 40 años arder en unos
minutos y deseando que el culpable de esta catástrofe corriera la misma suerte
que dichos árboles calcinados.
Fotografía cedida por Pilar Ruiz. El fuego cerca Talamantes. |
Hoy, tres días después, el incendio está controlado pero en
estos días ha calcinado 3.500 Ha, las llamas han pasado a escasos cien metros
de las casas de Talamantes. Tengo ganas de ver los efectos sobre el terreno
pero la Calcenada, el GR-260, no volverá a ser lo mismo porque atraviesa el
monte calcinado. Las referencias que me han dado dicen que el pinar de la Tonda
se ha salvado pero quiero ver que ha pasado con el barranco de Valderrera, con
sus encinares poblados de acebos, porque las llamas si han alcanzado la base de
las Peñas de Herrera.
Fotografía cedida por Pilar Ruiz. Frente en las Peñas de Herrera. |
20 años después del terrible incendio de 1993, de nuevo ha
ardido el Moncayo. Como en aquella ocasión, una imprudencia del
hombre es la causa. Ya lo dicen, somos la única especie que tropieza dos veces
en la misma piedra. Y entre tropiezo y tropiezo, destruimos un trocito de
nuestro planeta.
Una pena, al final Aragón no se ha librado de la terrible tragedia de los incendios. Espero que se regeneren pronto los bosques que se han quemado.
ResponderEliminarUn abrazo,
Hola compañero Ramiro,,,,esto a sido un desastre,,,,increible como an quedado nuestros alrededores,,,,,sin palabras.Si puedes mejor que lo veas,,como amante del moncayo.
ResponderEliminarsaludos
pilar y david