Vivencias y pensamientos sobre la ruralidad y la vida en el campo desde Purujosa pueblo casi deshabitado a la sombra del Moncayo.

jueves, 30 de agosto de 2012

Incendio en el Moncayo


Estábamos en el refugio libre de Armeña, en la base del gigantesco circo glaciar del mismo nombre, charrando con un montañero de Ávila, bastante mayor, con el que íbamos a compartir la noche cuando un teléfono sonó en mi mochila. ¿Antes había cobertura? Yo que pensaba que estaríamos incomunicados en medio de la montaña.  Era Fernando de Oseja y venía a anunciarme una terrible noticia: Se había declarado un incendio en el Moncayo. 

Que paradojas. Minutos antes este montañero nos había estado comentando sus experiencias en el Moncayo. Recordaba su ascensión en enero desde Cueva de Ágreda como el día en que más frío ha pasado en la montaña, mucho más que en las Montañas Rocosas canadienses o en las cimas de Nueva Zelanda.

Dentro del saco de vivac no podía conciliar el sueño. Logré sintonizar en el móvil Aragón radio y escuché el parte para estar informado sobre lo que acontecía en mi querida montaña. A las 4 de la mañana la tormenta nos despertó, tronaba y llovía: ¡Porque no había ido esa tormenta hasta el Moncayo para sofocar su calvario!

Al día siguiente, a las 11 de la mañana hacíamos cumbre en la cima del  Cotiella (2.915 msnm.) uno de los picos con mejores vistas de los Pirineos por su desplazamiento al sur respecto al eje de la cordillera. Por encima de las nieblas que ascendían desde los valles pudimos ver una oscura cortina de cenizas que abarcaba cientos de kilómetros. Era la nube del incendio del Moncayo que llegaba hasta el Pirineo. Un espectáculo tan triste como impresionante.

Por la noche cuando regresábamos a la civilización, pasando por la Muela, se podía ver a lo lejos el resplandor rojizo de las llamas. En la radio escuchamos a los dos Marianos, alcaldes de Purujosa y Calcena, dar sus impresiones, diciendo lo triste que es ver un pino de 40 años arder en unos minutos y deseando que el culpable de esta catástrofe corriera la misma suerte que dichos árboles calcinados.
Fotografía cedida por Pilar Ruiz. El fuego cerca Talamantes.

Hoy, tres días después, el incendio está controlado pero en estos días ha calcinado 3.500 Ha, las llamas han pasado a escasos cien metros de las casas de Talamantes. Tengo ganas de ver los efectos sobre el terreno pero la Calcenada, el GR-260, no volverá a ser lo mismo porque atraviesa el monte calcinado. Las referencias que me han dado dicen que el pinar de la Tonda se ha salvado pero quiero ver que ha pasado con el barranco de Valderrera, con sus encinares poblados de acebos, porque las llamas si han alcanzado la base de las Peñas de Herrera.
Fotografía cedida por Pilar Ruiz. Frente en las Peñas de Herrera.
20 años después del terrible incendio de 1993, de nuevo ha ardido el Moncayo. Como en aquella ocasión, una imprudencia del hombre es la causa. Ya lo dicen, somos la única especie que tropieza dos veces en la misma piedra. Y entre tropiezo y tropiezo, destruimos un trocito de nuestro planeta. 

2 comentarios:

  1. Una pena, al final Aragón no se ha librado de la terrible tragedia de los incendios. Espero que se regeneren pronto los bosques que se han quemado.
    Un abrazo,

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  2. Hola compañero Ramiro,,,,esto a sido un desastre,,,,increible como an quedado nuestros alrededores,,,,,sin palabras.Si puedes mejor que lo veas,,como amante del moncayo.

    saludos
    pilar y david

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