En la
última semana se han juntado los dos fenómenos que determinan una crecida
extraordinaria de los ríos, con la excepción de las tormentas torrenciales
veraniegas: El pasado viernes se produjo una nevada que dejó importantes
espesores en la Sierra del Moncayo. Por ejemplo, en Beratón, todavía el domingo
la nieve llegaba hasta la rodilla. Es decir, había mucho liquido retenido en forma
de nieve. Estas precipitaciones ya hicieron crecer el caudal del Isuela, que
alcanzó 1´8 m3/seg.
El segundo
factor se produjo ayer, cuando entró una borrasca desde el Golfo de Cádiz,
impulsando vientos cálidos y húmedos del sur que dejaron en 24 horas 40 litros en
Beratón o 22 litros en Trasobares. Además, la cota de nieve se disparó por
encima de los 1.600 metros, derritiendo toda la nieve acumulada en la cabecera
del río Isuela.
El
resultado de la intensa lluvia junto a la fusión de la nieve ha sido que a lo
largo de esta madrugada se ha producido una riada extraordinaria: En unas pocas
horas, se han alcanzado los 15´4m3/seg. en el aforo de Trasobares. Por realizar
una comparación, el Jalón baja 8 m3/seg., es decir, el afluente moncaino
aportará en su desembocadura de los estrechos de Chodes y Arandiga, más caudal
que la que porta su río padre, a pesar de que este ya cuenta con los aportes
del Jiloca, Piedra, Manubles, etc.
Podéis ver fotos del Isuela en el blog del Albergue de Calcena.
Después de tantos meses observando un cauce triste, con un aspecto estival, por fin el río muestra su cara más salvaje, más montana, recordándonos la fuerza de la naturaleza.
Después de tantos meses observando un cauce triste, con un aspecto estival, por fin el río muestra su cara más salvaje, más montana, recordándonos la fuerza de la naturaleza.
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