Las
cerca de 30 personas que nos reunimos visitamos en primer lugar el centro de
interpretación del parque natural del Moncayo ubicado de Calcena. Con su
simpatía y buen hacer, nuestra amiga Concha, guía del centro, transmitió ese
amor que siente por estas montañas a los niños. Siempre es un placer compartir
experiencias e impresiones con Concha y admirar la mano que tiene con los
niños, que no perdían detalle de sus explicaciones.
Tras
comprender un poco mejor las características naturales y geológicas de esta
parte meridional del Moncayo, tan dispar y al mismo tiempo complementaria de su
cara norte, callejeamos por Calcena hasta llegar a la Colegiata de Nuestra
Señora de los Reyes. Para mi, esta visita fue especialmente emotiva por dos
motivos: En primer lugar por mi condición de historiador que hace que disfrute explicando
a los demás los secretos que esconden los monumentos. En segundo lugar, porque
hacía casi diez años que no entraba en este templo y que para mi es una de las
joyas artísticas de la provincia de Zaragoza. Al entrar una de las personas
exclamo ¡Parece La Seo en pequeño!. Ese comentario resume bastante bien la
magnificencia de esta colegiata, tan fantástica y sorprendente como desconocida
y poco promocionada.
Después
remontamos el valle hasta Purujosa, donde hicimos una visita a su típico y bien
conservado casco urbano y realizamos la corta ruta circular del barranco de la
Virgen, descendiendo por la ermita y remontando su encajonado tramo final hasta
el Pilón de la Leche para ascender a través de las zetas del viejo camino de
Tarazona al altivo y enriscado caserío. En todo el trayecto nos acompañó un
pequeño guía, Juan Carlos, el niño del albergue que al ver a otros niños de su
edad se sumó encantado a la excursión por sus dominios.
Para
finalizar, quisiera agradecer la entera disposición de Mariano, alcalde de
Calcena, para facilitar la visita a la
localidad, sin su mediación esta excursión no podría haber salido adelante.
También a Concha, que posibilitó la visita al centro de interpretación fuera
del horario de visitas establecido (te debo una visita guiada por Valcongosto,
donde descubriremos la colonia de Coronas de Rey). Por último y no menos
importante, a Carlos y Diheemy, del albergue de Purujosa, junto a Edurne que estuvo
ayudándoles, que hicieron que las familias se fueran con un gran sabor de boca.
La mejor recompensa es la satisfacción con que volvieron al valle del Jalón, el
descubrimiento que supuso para muchos de ellos esta Cara Oculta del Moncayo y
la firme voluntad de volver el próximo año a descubrir los rincones ocultos en
sus profundos barrancos.
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