Cueva Liendres con agua.

No solo en los manantiales y barrancos se notan las lluvias. También en algunas cuevas especialmente proclives a filtrar el agua en el interior de las montañas. En Purujosa hay una cueva que en época de lluvias es espectacular: La Cueva Liendres.

Ya una primavera lluviosa mi padre había subido con Vicente y  me habían informado del espectáculo, un goteo constante de cada estalactita, algunas formando hilos continúos de agua, que creaban una atmosfera mágica en medio de la oscuridad. Era hora de verlo con mis propios ojos.

Ya desde la amplia boca, se oía el goteo incesante. Los gourgs colmatados de escombros me indicaban que en tiempos en esta cueva debió haber corriente de aguas, pero dado su estado de fosilización, llenos de fiemo, pensaba que no renacerían a pesar de las lluvias. Estaba equivocado. Varios gourgs estaban llenos de agua, incluido el gran gourgs donde se formaba una balseta de 20 cm. de profundidad. Eso si, de un color marrón, fruto del fiemo que tapiza su fondo. 

También detrás del “Cristo” en el fondo de la cueva, estaban los gourgs con agua. Tanto de allí como de otros rincones, salían pequeños cursos de agua que en seguida se infiltraban en el suelo de la roca. La visión resultaba especialmente sugerente más teniendo en cuenta la aridez de estas muelas calizas y sus cuevas en cualquier otra época del año. 

Así, con el recuerdo en mi retina, me despedí de la cueva, pensando que puede que pasen muchos años hasta que la vuelva a ver en plena actividad kárstica. Una cueva que a ritmo lento, sigue viva. Donde sobre los bloques desprendidos del techo se formarán con los siglos nuevos espeleotemas fruto de ese rítmico goteo en medio de la oscuridad, que persiste en mi memoria.