Vivencias y pensamientos sobre la ruralidad y la vida en el campo desde Purujosa pueblo casi deshabitado a la sombra del Moncayo.

viernes, 3 de julio de 2020

Yoli y su cordera, las ovejas de las calles de Purujosa.

Antonio y Fina, "los caseteros", pasaron el Estado de Alarma en Purujosa, aislados del virus, pero no estuvieron solos. Si bien es cierto que la presencia en su eremitorio del padre Francisco pasa muy desapercibida, no fue así con una madre y una hija que decidieron pasar la cuarentena en Purujosa.


Nos estamos refiriendo a dos ovejas, Yoli y su cordera, que se perdieron del rebaño y han estado al cuidado de los caseteros, hasta tal punto que podíamos verlas comiendo de la mano de sus nuevos amigos, los cuales han visto crecer a la pequeña hasta ser casi tan grande como la madre.

Desde luego, Purujosa no deja de sorprendernos. 

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