Guardo con cariño el periódico del 31 de mayo de 2020. Fue el día que nació nuestra hija Marina (Si, como la ermita perdida de Purujosa). Lo curioso del asunto es que en dicho diario dominical apareció un interesante reportaje bajo el título "La Formación profesional para combatir la despoblación" firmado por Laura Provincial, profesora del IES Sierra de la Virgen de Illueca.
Aunque recomiendo su lectura integra, quisiera reseñar las ideas principales del texto a partir de sus propias palabras: ¿en cuantos pueblos hay un bufete de abogados? Ahora bien, ¿cuantos pueblos necesitan jóvenes formados en gestión ganadera, de cultivos, etc? De ahí la necesidad de implantar en el entorno rural ciclos formativos acordes con las necesidades del territorio. Ese sería el caso del grado Medio de conservación de medio natural del Instituto comarcal.
"A los poderes políticos hay que hacerles ver que las inversiones en FP en el medio rural pueden convertirse en beneficios económicos y sociales con una tasa de retorno". A partir de estas premisas el artículo explica las actividades que desarrollan en el ciclo formativo, dese un proyecto de innovación vinculado a la apicultura a prácticas con forestales.
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