Así titulaban diversos medios sorianos recientemente la denuncia expresada por diversos vecinos de la localidad moncaina que al margen que tener que soportar el ruido y contaminación de 50 camiones diarios circulando por el pueblo, con la inseguridad que conlleva, ahora han visto que las vibraciones producidas provocan grietas en las viviendas.
Esa mina que nos vendieron que iba a traer tantos parabienes y que otros muchos ya dijimos que no sería sino un pozo de maldades.
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