Vivencias y pensamientos sobre la ruralidad y la vida en el campo desde Purujosa pueblo casi deshabitado a la sombra del Moncayo.

lunes, 19 de noviembre de 2012

Crónica Calcenada de Otoño 2012


Otra edición de la Calcenada que queda atrás. Ya el viernes habíamos aprovechado la cita para reunirnos unos amigos para cenar en el albergue de Calcena, donde conversé gratamente con Diego y Rosa. Sin embargo el día grande era el domingo.

 Amaneció  lloviendo. Conforme bajaba a Calcena me di cuenta que valle abajo había llovido más. Incluso un pequeño barranquillo bajaba agua. Ya en la ermita de San Roque me contaron que efectivamente, había llovido a cantaros. Probablemente las previsiones de mal tiempo hicieron que parte de los 1.000 inscritos no participaran. Si a ello añadimos que este año montamos dos tiracañas de cerveza en el último avituallamiento, logramos que no se formaran las largas filas de ediciones anteriores. Por contra, un olvido mío, hizo que en esta ocasión no dispusiéramos de música en el avituallamiento. Intenté compensarlo cantando alguna ranchera, pero no es lo mismo.

Como siempre, me hizo mucha ilusión ver a viejos conocidos, montañeros de Illueca y Borja, Félix de Tarazona, etc. En esta ocasión estuve más tiempo junto al puente de la carretera, indicando a los participantes que debían abandonar el asfalto y bajar al avituallamiento de la ermita. Así pude ver al padre Francisco que volvía  a Purujosa tras oficiar misa en Calcena. También pasaron Mariano y Vicente, que bajaban del avituallamiento de San Cristóbal. De repente apareció el coche de protección civil y bajaron tres zagales ¿venían lesionados? Nada más lejos de la realidad. Se habían entretenido mucho cogiendo rebollones, llevaban dos barquillas llenas de setas y prefirieron subirse al coche escoba. 

Avanzaba la tarde cuando por fin recogimos el avituallamiento. Después de no haber podido estar presente en la Calcenada de verano por incompatibilidad laboral, tenía ganas de vivir de nuevo el ambiente de las calcenadas.

lunes, 12 de noviembre de 2012

Crónica de las VI Jornadas micológicas de Purujosa.


El otoño estaba en su esplendor. No había soplado cierzo todavía, tampoco había helado apenas y la humedad reinaba en el ambiente. De hecho, el día amaneció nublado y con charcos, lo cual resaltaba los vivos colores de los chopos, arces, guillomos, etc. No sabríamos si los seteros iban a gozar de una buena recolección pero ya estaba claro que iban a disfrutar de un paisaje de postal.

A las 08:30 Mariano abrió la cadena del pinar. Allí fueron nuestros amigos de Morata y Chodes. En cambio el grupo más numeroso decidimos subir al puerto de la Crucija y entrar en el pinar de Calcena. Las referencias indicaban que allí estaban saliendo más setas y efectivamente, así es. Muchos iban con negrillas y rebollones en las cestas. Luego, antes de la clasificación, aun fuimos a los prados para coger variedades de distintos biotopos. 

Al mediodía Pepe Uña se afanaba en clasificar las setas en el Ayuntamiento ante la atenta mirada de numerosos curiosos que escuchaban con interés sus explicaciones. Al final se encontraron más de 60 especies distintas.

Este año la charla se trasladó a la Iglesia y fue un acierto dado que acogió a 45 asistentes. Junto a las explicaciones técnico-científicas Pepe introdujo diferentes anécdotas. Por ejemplo, comentó que Beratón era el mejor lugar de España para fotografiar las preciosas amanitas muscarias pero que la tala de algunos pinares propicios han hecho que salgan muchos menos ejemplares.

Llovía cuando salimos de la charla y bajamos al albergue para disfrutar de la cena micológica. Tras los postres llegaron las jotas de la mano de Luis y luego Chori puso la discomóvil. Así concluyó una de las jornadas más importantes en el calendario festivo de la localidad. 

Quisiéramos aprovechar para agradecer a los participantes en las jornadas y a Pepe Uña, que un año más contribuyó a que conozcamos mejor los peligros de esta bella disciplina que es la micología.  

viernes, 9 de noviembre de 2012

Temporada de setas a las puertas de las jornadas micológicas


Que gusto da salir al monte y respirar la humedad que exhala el bosque después de tanta sequía. Además, el otoño ya está aquí con sus vivos colores. El barranquillo de la Hola del Pi está en su máxima expresión cromática con arces de vivos colores.

Además, el tiempo ha acompañado y está siendo una buena temporada de setas. No tanto de rebollón, que tan solo está saliendo por el pinar de Calcena, pero senderuelas, champiñones y sobre todo, setas de cardo, se están cogiendo en abundancia. Bien lo saben, Carlos, Isidoro, Dhieemy y Juan Carlicos, a los que ni la lluvia ha detenido en sus salidas al campo. Yo también hice mi salida a la Planilla pero con una recolección más modesta de setas de cardo, aunque encontré bastante negrillas.

Mañana serán las jornadas micológicas, aun estáis a tiempo de pasar el día en la cara oculta del Moncayo, aprendiendo sobre el fascinante mundo de la micología mientras las grullas vuelan al sur. Ya han llegado las primeras heladas.
 

lunes, 5 de noviembre de 2012

Obituario al Dr. Morandeira.

Ayer nos despertamos con una triste noticia. Una gran perdida para el mundo del montañismo en general y para el montañismo en la cara oculta del Moncayo en particular. Tras impartir una conferencia en el European Mountaineering Meeting en el Valle de Arán, el doctor José Ramón Morandeira sufrió un aneurisma en su hotel que acabó con su vida. Tenía 67 años.

El Dr. Morandeira, junto a la Dra. Nerín, impulsaron las prácticas del Máster de Medicina de Montaña en el alto valle del Isuela. Era frecuente verlo en el albergue de Purujosa, conversando con los montañeros y vecinos allí reunidos.  Aquel que había visto las montañas más altas de la tierra, tenía parte de su corazón en nuestro querido Moncayo. Muy joven subió a su cima y esa ascensión le marcó toda la vida, como recordaba en su última charla, ayer mismo.

Morandeira era uno de los especialistas más reconocidos del mundo en el tratamiento de las congelaciones (casi todos los himalayistas han pasado por su consulta), contumaz poliglota, en su juventud abrió vías de montaña como la Gran Diagonal de Peña Telera. Pese a su prestigio internacional, tenía un carácter cercano y natural. Mi padre recordaba una cena en Calcena, en la bodega de Felix y Kike, cuando se animó a cantar jotas. 

Gracias a su mecenazgo se realizó la maqueta de la Cara Oculta del Moncayo que se puede observar en el centro de interpretación de Calcena. Tenía un sueño: construir una vía férrata en el barranco de la Virgen hasta las casas colgadas de Purujosa. Y Morandeira era un entusiasta trabajador: De no haberse ido tan pronto, ese proyecto en unos años habría sido una realidad.

Doctor, no solo los grandes himalayistas lloran tu perdida. No hace nada que nos dejaste y el Moncayo se siente tu ausencia. Las hojas caen de los árboles pero tu recuerdo permanecerá en la memoria de quienes te conocimos. Que la tierra te sea leve. 

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jueves, 1 de noviembre de 2012

Crónica de las II Jornadas de actividades en Montaña (Calcena)


Llegué al centro de interpretación de la naturaleza de Calcena y me detuve a mirar la excelente maqueta de la Cara Oculta del Moncayo. José Luis Sanvicente, ponente del Centro Excursionista Moncayo de Tarazona, señalaba con el dedo el barranco de Valcongosto y explicaba a Basi, del Parque Natural, los problemas de mantenimiento de los senderos. Me presenté y de repente oí una voz familiar a mi espalda: Era Mari Ángeles de Borja, amiga del Centro de Estudios Borjanos, que subió a Purujosa para la presentación del libro sobre la localidad (ver aquí). Había subido con su hermano y otro compañero, todos del Club de montaña de Campo de Borja.

 Por si fuera poco esta coincidencia, apareció por la puerta Jordi, al que conocí este verano mientras trabajaba en el museo del Calzado de Brea porque él organizaba salidas turísticas desde los balnearios de Jaraba. A pesar de tantas caras conocidas, eché en falta más afluencia (tan solo estuvimos 12 personas) y mayor representación de oriundos de la zona, principales actores del desarrollo de la región. Seguro que me dejaron a mi solo en representación porque estarían cogiendo setas. 

Tras las presentaciones, José Luís Sanvicente desgranó las potencialidades turísticas de este sector meridional del Moncayo. Especial interés mostré al referirse al turismo naturalista. Jordi incidió en sus experiencias con grupos de turistas en Gallocanta y yo cité el caso de la familia de ornitólogos que acuden todos los años a Purujosa a observar rupícolas. 

Por su parte, los miembros del equipo de rescate en montaña de la Guardia Civil, con base en Tarazona, incidieron un los peligros de las actividades en montaña, recalcando especialmente las particularidades del Moncayo, como su característica ventisca en la zona de cumbres. Especialmente dramático fue el testimonio (con material gráfico incluido) del alud del 2009, donde falleció un montañero. Las imágenes ejemplificaban la trampa que suponen unos cm. de nieve transformada sobre una persona. 

Después fuimos al albergue de Calcena a tomar un café. Tenía ganas de conocer a los chicos que lo llevan, aunque no tuve tiempo de conversar todo lo que quisiera porque enseguida marchamos a Purujosa para realizar el sendero de los barrancos, señalizado por el Parque Natural. Niguno de los presentes conocía la excursión y disfrutaron mucho con la humedad que desprendía el bosque. No es baladí que nos encontraramos unos buscadores de setas por el collado de Barrevinosos. Además, el colofón lo puso el callejeo por las calles de Purujosa y la parada en mi casa a templar el cuerpo tras la fina lluvia que nos acompañó parte del recorrido.

En definitiva, una gran jornada montañera que complementé al día siguiente con una jornada setera por los prados de la Planilla. Pero esa ya, es otra historia.