Vivencias y pensamientos sobre la ruralidad y la vida en el campo desde Purujosa pueblo casi deshabitado a la sombra del Moncayo.

miércoles, 13 de marzo de 2013

Manantiales de Purujosa crecidos tras las nevadas


A pesar de haber transcurrido varios días desde la punta de la riada (ver AQUÍ) el pasado domingo me acerqué a ver los dos manantiales más importantes de esta cara oculta del Moncayo.

Visto en un mapa, el Isuela parece nacer en Beratón. Allí, en el Hoyuelo, se ubica su nacimiento orográfico, pero su nacimiento real, el punto donde surgen sus aguas a lo largo de todo el año se encuentra en la Fuente del Isuela. Así, a su cuenca alta, que habitualmente baja seca, se le denomina en Purujosa “El barranco de Beratón”. Sin embargo, estos días el Isuela discurre bravo a lo largo de todo su recorrido. Desde el puente de la carretera se aprecia la confluencia del “barranco de Beratón” con la Fuente, que desaloja agua tanto por el aliviadero como por el túnel de la vieja acequia que se dirigía a los dos molinos harineros de Purujosa.

El padre Francisco me contó que era la primera vez que había visto bajar el barranco de la Virgen a los pies de la ermita. El barranco de Cuartún también había bajado durante un tramo, aunque los arrastres no llegaban hasta su desembocadura en el Pilón de la Virgen de la leche. En cuanto a la fuente del Col, estaba pletórica, rebasando la balsa que hay a sus pies, creando una preciosa “catarata”.

No solo manaba agua de los agujeros de la zanja que evita que el agua destroce del camino. Unos metros por encima, en medio del pinar, el agua manaba a borbotones, despeñándose en cascada sobre la zanja.

Recordemos que a la izquierda de la fuente del Col, a escasos 5 metros, hay otro encofrado rectangular para recoger las aguas. Sin embargo, es muy infrecuente ver esa infraestructura cumpliendo su función. Pero si la construyeron fue por algo, y días como los de esta semana lo demuestran. Todo un barranco entraba  en la cuneta-sifón, evitando que el agua destrozara el camino.

Normal que Valcongosto llegue hasta la carretera. Sin duda, sus estrechos deben estar espectaculares, con agua hasta la rodilla como poco. 

2 comentarios:

  1. Que preciosidad de imágenes, Ramiro, adoro estos paisajes.
    Visitar tu blog es una gozada.
    ¡Abrazos!

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  2. ¡Muchas Gracias Marga!
    Un abrazo.

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