Vivencias y pensamientos sobre la ruralidad y la vida en el campo desde Purujosa pueblo casi deshabitado a la sombra del Moncayo.

martes, 19 de mayo de 2015

Calcenada de Primavera 2015.

Este pasado fin de semana se celebró la Calcenada de Primavera, la que discurre por Valdeplata, uno de los barrancos más bonitos del Moncayo, origen del desolador incendio que puso en jaque Talamantes tiempo atrás. 

Antaño discurría por aquí una variante del GR-90 y en la novela Bendita Calamidad de Miguel Mena los protagonistas discurrían este sendero que china a chano la naturaleza, con el vigor que le da la proximidad del agua, fue devorando.

Miro atrás y recuerdo cuando con apenas con 15 años descubrí esa senda en una de mis primeras salidas montañeras a la Cara Oculta del Moncayo. También añoro los buenos momentos que pasé como voluntario en esta misma calcenada de Primavera, junto al barranco, con la bandera de Aragón y la música de Labordeta animando el avituallamiento. 

Hoy estoy tan lejos y tan cerca. En el mismo sistema Ibérico pero en la otra punta. Separado por las montañas que rinden pleitesia al Moncayo, como la más alta de ellas. Perdido a 1.200 metros de altura en la ribera del Guadalaviar, a más de 3 horas en coche. Espero algún día volver a esos avituallamientos pero mientras tanto, disfruto de las fotografías que comparten amigos como Dimas en su BLOG, que son con las que ilustro esta breve entrada. 

Pero la melancolía se vuelve alegría cuando compruebo que la vida sigue, que como dice Azucena "Todos somos necesarios, pero nadie imprescindible" y la prueba senderista goza de buena salud. La misma satisfacción que me produce ver que la senda de Valdeplata se ha reabierto para la ocasión. Ojalá nunca se vuelva a perder. 


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