Vivencias y pensamientos sobre la ruralidad y la vida en el campo desde Purujosa pueblo casi deshabitado a la sombra del Moncayo.

miércoles, 8 de febrero de 2017

Muere "Tonda", una de las últimas águilas perdiceras de Aragón

El periódico nos ha tráido una triste noticia: Tonda, el águila perdicera que reinaba en Aragón y fue a morir a Soria. La Tonda es un pico alomado que se prolonga desde el Moncayo constituyendo el extremo meridional de su serranía. Cual faro montañés, vigila las llanadas cerearistas que lo separan de la Sierra de La Nava Alta, última prolongación serrana antes de hundirse en la depresión del Ebro. Sus faldas, entre Calcena y Talamantes, acogen el límite sur del Parque Natural.

No podía imaginar un nombre más bonito para la reina de los cielos de estas sierras. Una de las últimas águilas perdiceras que surcaba el sistema ibérico zaragozano y que fue a morir al norte, a la vecina Soria, porque la Naturaleza no entiende de falsas fronteras administrativas. Todas estas cumbres, barrancos y llanadas constituyen la Serranía Celtibérica.

Además, el ave era especial porque formaba parte de un programa de seguimiento vía GPS que ha permitido a los Agentes de Protección de la Naturaleza seguir sus desplazamientos durante los últimos años.  Pero a pesar de sus largos viajes, esta rapaz defendía su territorio moncaino. Todavía pienso si sería la misma águila perdicera que me sorprendió alzando el vuelo desde una encina en la carretera de Purujosa. Puede ser.
Lo que es seguro que se trata una especie en peligro de extinción. La más amenazada de nuestras rapaces. Un rara avís cuyas poblaciones van en declive. Quedan menos de 30 parejas en Aragon. Si en mi infancia soñaba con ver el vuelo del escaso Quebrantahuesos y la majestuosa Águila Real, hoy sueño con volver a ver a esta guerrera de los vientos. Cuando subo al Pirineo ya no es raro ver planear al mítico quebrantahuesos. Tampoco es infrecuente ver la gran silueta del águila real como aquella vez que sobrevolaba amenazante el rebaño de Benito que sesteaba en la fuente de El Col. Pero cada vez es más difícil ver a esta agresiva águila que está sucumbiendo a los tendidos eléctricos, disparos, cambios de hábitat y demás presión antrópica. Por eso, debemos sentirnos afortunados de poder ver sobre los cielos moncainos a la reina de las águilas. No es la más grande pero si es la más valiente. Y pese a su bravura, se están muriendo. Valoremos y apreciemos a esta joya natural, tan bella como escasa.

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