Edward Abbey, sobre ecologismo y minas moncainas

Hace ya muchos años me leí La banda de la tenaza, clásico de la contracultura, y este año he terminado su continuación ¡Hayduke Vive!. Dos novelas ambientadas en el entorno desértico del cañón del colorado y que  sigue los pasos y de un peculiar grupo ecoterrorista que lucha contra los embalses, minas, deforestación y demás agresiones que sufre ese territorio. Todo ello con unas fantásticas ilustraciones del mítico historietista uderground Robert Crumb. En gran medida la obra se basa en la propia experiencia del autor, el gran divulgador de los horizontes infinitos donde la lluvia es escasa con su otra obra: "El solitario del desierto" que aún la tengo pendiente. 

Traigo estas lecturas a colación porque reflejan perfectamente el poder de las grandes multinacionales, bien sea eléctricas, mineras o madereras, su control sobre los políticos locales (las tan famosas puertas giratorias) haciendo que actúen de "testaferros de la multinacional" y la complicidad de los medios de comunicación, dependientes de la publicidad de estas grandes compañías. 

La misma estrategia utilizada hace décadas en EE.UU. se ha utilizado ahora en el Moncayo. Bajo el pretexto de la creación de puestos de trabajo, todo vale. Promesas que además, antes y ahora, solo se cumplen parcialmente y no tienen en cuenta las consecuencias a medio plazo, solo los beneficios inmediatos.  Por eso, los ecologistas, denuncian en la obra que no es oro (o magnesita) todo lo que reluce: "secarán nuestras fuentes, dejarán la basura y se llevarán sus beneficios a Nueva York". ¿A qué os suena verdad?

En fin, unas lecturas que me han recordado a la actualidad y que sirven para reflexionar sobre el largo camino que nos queda para que el desarrollo sostenible no sea un mero eslogan para lavar conciencias.