A veces desde nuestra casa, en lo Alto de Purujosa, veíamos al fondo en las paredes del barranco de la Virgen algunos escaladores probando la roca. Cuando la tarde pardeaba, encendían los frontales para continuar su proyecto. Los esfuerzos de Roberto y sus colegas han logrado crear una pequeña zona de escalada en Purujosa.
No obstante, como ellos mismos señalan, la escasez de repiticiones hace que los equipadores quieran contrastar opiniones sobre el grado de las mismas. Así que ya sabéis, poneros los pies de gatos y el magnesio y si queréis algo gritar, que arriba desde casa os escuchamos.
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