Vivencias y pensamientos sobre la ruralidad y la vida en el campo desde Purujosa pueblo casi deshabitado a la sombra del Moncayo.

miércoles, 9 de junio de 2021

Proyecto de Silvicultura del CITA en el Moncayo.

 Hace unos meses pudimos enterarnos por una notica en Heraldo de Aragón del proyecto  de silvicultura que el Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA) lleva acabo en el Parque Natural del Moncayo de rejuvenecimiento forestal para facilitar la fijación de CO2 en el actual contexto de calentamiento global.

En el reportaje el biólogo Juan Pedro Fierro explica didácticamente como "Los montes envejecidos tienen crecimientos muy bajos, y por tanto apenas incrementan el carbono almacenado". Pero por bosque envejecido no se está refiriendo a un biotopo sano con ejemplares centenarios y árboles jovenes que ocupan el lugar de los que se mueren. Todo lo contario, ese término hace referencia al resultado del abandono de las talas a matarrasa hace menos de cincuenta años: "tradicionalmente se aprovechaba la capacidad de rebrote de robles y encinas para generar bosques muy densos, que permitían obtener combustible (leña o carbón) en turnos muy cortos, de 15 a 20 años (...)  el abandono de esta práctica, da lugar al envejecimiento de estos rebrotes, que ahora tienen crecimientos muy bajos y son especialmente vulnerables"



 Domingo Sancho Knapik, ingeniero de montes e investigador del CITA explica pues que acabamos encontrando "un bosque muy denso, pasado de turno (reviejado), donde el crecimiento y, por tanto, la fijación de carbono, son mínimos".

En estos bosques, que tan bien conocemos en la Cara Oculta del Moncayo, ellos apuestan por el resalveo, que consiste en "un aclareo sucesivo, es decir, una eliminación progresiva de fustales, manteniendo únicamente los rebrotes más vigorosos de cada cepa", señala Sancho, "se consigue revitalizar la parte aérea del árbol para aumentar su crecimiento, la fijación de carbono y su producción de semillas"

Desde el CITA están estudiando todas las ventajas en el bosque de resalveo, por ejemplo estudiando el crecimiento de los anillos de los árboles para poder valorar cuantitativamente la mejora en el crecimiento de los ejemplares reduciendo la densidad de los rebrotes. Así explica como en las zonas que continúan teniendo una explotación local de leña, como sería la umbría baja de Purujosa, "se ha favorecido el crecimiento de algunos pies, pero manteniendo un ‘sotobosque’ de rebrotes para leña: es lo que llamamos monte medio". Así, cuando vayamos al tajón y el forestal haya marcado aquellos ejemplares que no se pueden talar, sabremos que detrás hay una investigación científica que busca preservar el bosque para generaciones futuras. 

Joaquín en la umbría baja en 2020 con
ejemplares marcados a su espalda


Por eso, para concluir, Sancho destaca cómo, "gracias a un adecuado manejo silvícola, podemos pasar de un bosque reviejado, muy vulnerable a eventos climáticos extremos, a un bosque revitalizado, capaz de afrontar perturbaciones provocadas por el cambio climático, minimizando así fenómenos de decaimiento forestal" y por otro lado, "al reactivar el crecimiento, favorecemos la captación de CO₂".

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