"El canto de los pájaros, el rumor del bosque, el runrún de la lluvia, el silbido del viento, la cadencia de las olas… Los sonidos de la naturaleza generan reacciones muy poderosas en los seres humanos". Con estas palabras comienza un artículo que recoge el estudio encabezado por la biologa canadiense Rachel T. Burton en donde se señala que: “la exposición a los sonidos naturales mejora los resultados de los partos, las tasas de mortalidad, la salud mental y el estrés, el rendimiento cognitivo y la tasa de una miríada de enfermedades”.
En sentido contrario, " Para los humanos, el ruido contribuye a múltiples problemas de salud, que incluyen pérdida de audición, efectos fisiológicos no auditivos, mayor incidencia de hipertensión y enfermedades cardiovasculares y altos niveles de estrés"
Así que ya sabéis, es muy aconsejable un retiro acústico, por ejemplo a orillas del río Isuela, cerrar los ojos y que la naturaleza envuelva vuestros sentidos.
Los sonidos de la naturaleza son un bálsamo para nuestros oídos. Calman, revitalizan y equilibran, ofreciendo una sinfonía que nutre nuestra audición y alimenta el alma con serenidad natural.
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