Un refugio de montaña libre es una isla para náufragos, un respiro para el caminante. A los senderistas siempre nos agrada encontrarnos un lugar donde encontrar una sombra y un asiento para reponer fuerzas. Incluso una base de operaciones para acometer salidas montañeras o lugar donde realizar una comida en el campo. Lo que pasa que a veces, después de haber repasado al mochila varias veces, te das cuenta cuando llegas al refugio que te has dejado algo, bien sea la sal, el aceite, etc.
Para evitar eso, recientemente y de manera altruista vecinos de Purujosa han instalado un aparador en el refugio de Cerrogordo con material imprescindible como aceite, sal, vinagre, papel de cocina, vasos y hasta agua.
Sin duda una gran mejora para este refugio que por fortuna está muy bien cuidado, en parte debido a que el acceso a la pista forestal requiere llave y por tanto no es tan accesible para los incívicos que abundan en nuestra sociedad. Esperemos que siga siendo así y entre todos los usuarios dejemos el refugio tal como lo encontramos.
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Deberíamos dejarlo mejor que lo encontramos, en un momento dado, este tipo de contrucciones puede sernos de gran ayuda.
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