Vivencias y pensamientos sobre la ruralidad y la vida en el campo desde Purujosa pueblo casi deshabitado a la sombra del Moncayo.

lunes, 8 de marzo de 2010

Espeleo en Purujosa I: Cueva Aprendices

Hace una semana quedé con Rubén, gran montañero y mejor persona, de Montañeros de Aragón, para visitar una cueva de esta cara Oculta del Moncayo. El plan era que mientras ellos exploraban la Cueva Ajo y Agua (a la cual no me atreví a entrar por sus angosturas) yo haría alguna excursión por la zona. Posteriormente iríamos juntos a la sencilla Cueva de los Aprendices. Sin embargo, a las 8 la mañana, Rubén recibió este mensaje en su móvil: “Información de ultima hora desde Purujosa: Lloviendo. No han fallado las previsiones. Un saludo. Ramiro”. Efectivamente, me levanté lloviendo, desayuné lloviendo y encendí el hogar lloviendo. El agua no dio tregua hasta las 11 de la mañana. Mi excursión tendría que posponerse.

Sin embargo, las cuevas tienen una ventaja, se pueden recorrer sin paraguas. De tal modo que acudí al encuentro de Rubén y su compañera y nos acercamos a la cueva de los Aprendices. La cavidad se encuentra muy cerca de la popular Cueva Honda y es factible combinar ambas cavidades en una misma salida. En el desfiladero de las Peñas del Cabo se toma el sendero que asciende hasta la pista que llega a la boca de la Cueva Honda. Antes de llegar a la cavidad tomaremos un barranco a través de una difusa senda, acompañados de numerosos arbustos de boj, que nos depositan en la entrada de la cueva protegida por un zarzal. Como la mayoría de las cavidades de la región, fue utilizada como aprisco de ganado, teniendo muretes de piedra de separación. Nada más entrar nos sorprenden dos recuadros excavados en el suelo, fruto de alguna prospección arqueológica.

La gran sala de la cueva se interna en las profundidades hacia la izquierda, remontando en sentido ascendente un caos de bloques. En la pared de la izquierda, las gotitas de agua suspendidas en el muro crean bonitos juegos de luz con el brillo de nuestros frontales, aunque procuramos tener cuidado para deslumbrar a los pocos murciélagos que hay invernando en su interior. La oscuridad nos envuelve y el silencio, solo es roto por el sonido continúo y rítmico de las gotitas de agua al caer de la punta de las estalactitas. Tras alcanzar la parte superior de la sala y observar un pequeño orificio infranqueable, rodeamos una columna y descendemos de nuevo hasta la entrada.



Allí encontramos un muro de piedras que cierra la pared derecha pero existe una desobstrucción que nos permite acceder otra sala inferior de la cueva. El paso es algo angosto y molesto por los bloques y fragmentos de roca que constituyen esta rampa descendente pero pronto el techo se eleva y se puede caminar erguido. A la derecha de esta sala había un conjunto de estalactitas donde caían varios hilitos de agua continuos que ya estaban formando depósitos calizos sobre los bloques del suelo. En medio de la sala, un agujero semicircular permitía descender a otra sala inferior de pequeñas dimensiones donde había más murciélagos. Finalmente, este otro ramal de la cueva termina en una “cascada” de sedimentos arrastrados por alguna antigua corriente de agua. En la parte superior de la pared de arena, un bello conjunto de finas estalactitas, cual pequeña colección de flautas, ponen fin a nuestra visita.

Ya de vuelta, fuimos al albergue de Purujosa, donde los allí reunidos contaron diversas anécdotas sobre cuevas. De hecho, Vicente ya había estado en esta cueva, pero hace 15 años no se encontraba desobstruido el acceso a la sala inferior. Luego invité a comer a mis acompañantes y les enseñé el pueblo, adquiriendo el compromiso de que en un futuro cercano visitaríamos el barranco de Valcongosto y la Cueva Liendres. De la satisfacción de su visita al pueblo dan buena prueba las palabras de su blog: La cabra de monte Para mi también fue gratificante compartir mi pasión por la naturaleza con amigos que tienen las mismas inquietudes. De aquí a algún tiempo narraré alguna otra actividad con estos compañeros.



P.D: La cavidad está descrita y topografiaca en: Gisbert, M. y Pastor, M. Cuevas y Simas de la Provincia de Zaragoza (2009) pp. 89 - 93.

2 comentarios:

  1. Aupa, Ramiro!

    Mola tu blog. Ya tienes un nuevo seguidor y un asiduo lector. Gracias por enseñarnos esta parte del Moncayo, que para mi además de Oculta me es desconocida. Aunque conozco bastante bien la zona de San Martín, Añon, Alcala de Moncayo, las Peñas de Herrera,...

    Muy bueno el montaje de la Cueva, ya estoy impaciente para ver con que nos deleitas la próxima vez.

    A seguir así!!!

    Salut!

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  2. Está muy chulo el montaje de la actividad. Me parece a mi que pocas personas han estado en esta cueva y creo que la tuya es hasta ahora la única reseña que hay en internet. A este paso, vamos a poner de moda en la red las cuevas de Calcena-Purujosa. Te tengo que mandar las fotos pero se me acumula el trabajo con el ordenador.
    Un saludo

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