Vivencias y pensamientos sobre la ruralidad y la vida en el campo desde Purujosa pueblo casi deshabitado a la sombra del Moncayo.

lunes, 1 de febrero de 2021

Artículo en El Salto: "Queremos irnos a vivir al campo"

 Estas pasadas navidades leí un interesante artículo en el periódico El Salto, uno de los medios de contrainformación más interesantes del país, que quiero compartir con todos. Su título era "Queremos irnos a vivir al campo" y llevaba el siguiente sugerente subtítulo: "el campo es nuestro paraíso perdido. Nuestra engañosa retropía. La imagen que condensa nuestros anhelos postcapitalistas. Quizás no se trate tanto de dónde queremos ir, sino más bien, de todo lo que queremos dejar atrás".


El artículo camuflaba bajo una primera reflexión sociológica (el creciente interés de personas urbanas por abandonar la ciudad) una más profunda interpretación político-económica sobre las motivaciones de este fenómeno: "A un lado de la balanza se acumula lo efímero y lo superfluo, lo plástico y lo obsolescente, del otro lado escasea el tiempo, el silencio(...) Queremos despojarnos de nuestros demasiados. Bajar el ritmo, vivir más despacio, abandonar el AVE por los trenes nocturnos. Cambiar la carrera contra el tiempo por los días enormes. Las horas en el metro, por los paseos en los que sorteas rocas y charcos. Mirar una noche que no esté acotada de hormigón y antenas".

En definitiva, que este fenómeno no sería sino una consecuencia de las afecciones del estilo de vida capitalista de marcado carácter urbano. Pero ello también conlleva una advertencia: cuidado con la idealización del campo porque los pueblos participan de la misma lógica capitalista que las ciudades: "no hay escudos de fuerza que protejan a los pueblos del exceso de cosas, de coches, de prisas, de competitividad, de crueldad capitalista". Amazon llega hasta las más remotas aldeas y puedes ver Netflix desde tu portatil junto al hogar: "Quizás podamos irnos de la ciudad, pero no podemos escapar del capitalismo"

Pero concluye el texto con un hilo de esperanza: "quién sabe, si en nuestros deseos de mudarnos al campo, en nuestras conversaciones sobre niños que juegan en las plazas, huertos colectivos, y decrecentismo casero, no estaremos escribiendo la prehistoria del postcapitalismo".

Lo dicho, un artículo muy bien escrito, una narrativa cuasi poética,cuya lírica manifiesta una interesante reflexión. 

1 comentario:

  1. Los muebles rurales aportan calidez y autenticidad a una casa en el campo. Su madera natural y diseños simples se integran perfectamente con la belleza de la naturaleza circundante, creando un ambiente encantador y acogedor.

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